Si eres madre y ves el mundo a traves de los ojos de tu pequeño, te resultará casi imposible imaginar que esos seres puedan caer en la desatención y el desamor, producto de situaciones traumáticas, de las que los adultos son absolutamente responsables. Muchas veces, hemos hecho hincapié en EntrePadres, en que los hijos son pequeñas esponjas, que absorben en el presente, lo que los acompañará el resto de sus vidas, tanto en la parte cognocitiva, como en la emocional.
Consecuencias del estrés emocional en niños

Por eso, hoy te invitamos a reflexionar en la importancia de salvaguardar a nuestros pequeños de situaciones límite que puedan traumatizarlos, seriamente y para siempre y cuáles son las consecuencias del estrés emocional en niños.

Efectos del estrés emocional en los más pequeños
A inicios del año 1997, un estudio que fue llamado "Proyecto Rush de la Memoria & Envejecimiento", reveló las dramáticas consecuencias en los adultos que habían atravesado situaciones límite en su niñez. La investigación revela que los niños que han sufrido algún tipo de estrés emocional son más propensos a sufrir derrame cerebral en su adultez, aunque se desconocen los motivos, se supone que tiene que ver con la falta de cuidados por las circunstancias vividas.
Este estudio fue realizado en un total de 1040 adultos, de quienes sólo 195 de ellos pasaron satisfactoriamente un exámen neuropatológico completo.
Situaciones que producen estrés emocional en los niños
Hay circunstancias que pueden dejar marcas profundas e invisibles en los niños. Situaciones como divorcio de los padres; mala relación de los padres una vez que ya están divorciados; convertirse en el botín de guerra de los padres separados; adicción a las drogas; abuso de alcohol; abuso sexual; ser maltratado por el nuevo cónyuge de su padre separado; maltrato físico y emocional; la muerte de cualquiera de sus padres; etc.

¿Cómo preservar a los niños en estas situaciones?
Para preservar a los pequeños de las consecuencias de algunas de estas situaciones, no es necesario que nuestra vida se transforme en un infierno. Si tu matrimonio ya no es una situación de felicidad, no debes permanecer en él como un barco encallado, esperando que las olas lo hagan trizas. Esa no sería la mejor aituación, ni para ti ni para tu pequeño.
Se trata de actuar con inteligencia emocional, de buscar ayuda profesional, si sentimos que las cosas se nos van de las manos, si nos sentimos desbordados y ponemos en riesgo la felicidad de nuestros hijos. Como adultos tenemos la responsabilidad de utilizar todas las herramientas posibles para ayudar a nuestros hijos a transitar los malos momentos de la mejor manera, pensando en su futuro.
Estar atentos, observarlos, escucharlos, amarlos y que ellos se sientan amados es nuestra tarea. Por momentos agotadora, dolorosa, difíciles, pero siempre, sublime.









