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Consecuencias de los padres fumadores en niños

En la Argentina, país que me vió nacer y donde resido, la ley antitabaco ha llegado para quedarse. No se puede fumar más en lugares públicos y cerrados, incluye las cafeterías y bares, donde los fumadores encontraban un placer especial, cuando tomaban un cafecito porteño mientras disfrutaban de unas pitadas del cigarrillo. Y lo digo con nostalgia porque, en honor a la verdad, yo era una de las fumadoras que le gustaba observar la gente pasar, en compañía del café y de las siluetas estilizadas del humo del cigarrillo.

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Incluso, ahora las marquillas de los cigarrillos traen impresas horrendas fotografías, que documentan las nefastas consecuencias del tabaquismo en la salud de las personas. Aún así, y es una asignatura pendiente, todavía no pude vencer al cigarrillo, al cual le regalé toda mi voluntad. Por eso vamos a analizar algunas de las consecuencias de los padres fumadores en niños.

Los niños, fumadores pasivos

Seguramente habrás oido hablar de los fumadores pasivos, aquellas personas que sin fumar inhalan el humo del cigarrillo de los fumadores cercanos, y al hacerlo, inhalan también las mismas sustancias que los fumadores. Eso ocurre con los niños y, según los médicos, las consecuencias de esto son, entre otras que los niños concurren al hospital más seguido. Pueden desarrollar más infecciones de oídos, al igual que mayor cantidad de resfriados e incluso, asma. Los bebés son más propensos a sufrir del síndrome de muerte súbita y pueden llegar a ser futuros fumadores, ya que aprenden de sus padres.

¿Qué pueden hacer los padres fumadores?

Como primera medida, si fumas, no lo hagas dentro de tu hogar; sal al jardín, al balcón, y si no posees ninguna de estas dos alternativas, no te quedará otra alternativa que salir a la vereda a disfrutar de tu cigarrillo. No fumes cerca de los niños aún cuando estés al aire libre.

No fumes durante el embarazo, tu bebé corre el riesgo de nacer por debajo del peso normal, o enfermo, y mientras estás amamantando a tu pequeño, y evita hacerlo en el auto cuando tus pequeños están en el interior.

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Y, por supuesto, siempre está la posibilidad de tomar la decisión de dejar de fumar, aunque no sea muy fácil y hablo con conocimiento de causa. La buena noticia es que si decides dejar de fumar la nicotina dejará tu organismo en sólo dos horas, mientras que el monóxido de carbono lo hace en 12 horas. A los dos meses, sentirás que la circulación de piernas y brazos ha mejorado; recuperarás los sentidos del gusto y del olfato, que en los fumadores se ve distorsionado, además de que disminuyes el riesgo de enfermedades cancerígenas.

Sabiendo todo esto, tal vez, dejar de fumar se convierta en uno de mis propósitos del año 2013.

¿Eres un padre fumador? ¿Cómo te las arreglas para fumar sin contaminar a tus pequeños?

Encuentra más consejos saludables para la vida de tus hijos.

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