La sigla TDAH es la abreviación del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, es un trastorno neurobiológico dado en la infancia del que poco se habla, pero que muchos niños padecen.
Como madre deberías saber esto sobre el trastorno del déficit de atención en los niños


¿Qué es el TDAH?
Es una condición genética congénita que radica a nivel cerebral y que puede comenzar a manifestarse desde los 18 meses de vida en adelante. Se caracteriza por la impulsividad en las acciones del niño, la falta de retención de la información y dificultades en el aprendizaje.
¿Cuáles son los síntomas?
En todos los niños suele presentarse de forma diferente, sin embargo, hay ciertos rasgos que se mantienen, de hecho hay tres formas en que se manifiesta:
Problemas de atención

Es una conducta que se manifiesta generalmente en las niñas y se trata de no poder mantener la atención en una tarea de forma constante. Notarás que tiene gran facilidad de dispersión y poca capacidad de retención.
Hiperactividad
Se trata de conductas impulsivas e injustificadas. Quizás tu niño no pueda permanecer sentado por mucho tiempo o incluso, tenga movimientos repetidos que pueden confundirse con tics nerviosos.
Hiperactividad y déficit de atención
Es una mezcla de ambas conductas, abarca desde la falta de constancia en la realización de tareas, pasando por la dificultad para relajarse, impaciencia, hasta la falta de memoria.
No todo es TDAH

Los síntomas de este trastorno suelen confundirse con conductas propias de la infancia, pero es necesario saber diferenciar una conducta esperable en un niño a lo que no lo es. Por este motivo, debes apelar a un diagnóstico médico antes de tomar cualquier decisión.
Un comportamiento desproporcionado de su edad puede ser un indicio claro de TDAH, es por eso que ante la sospecha acudas a un médico especializado en el trastorno para comenzar a trabajar en los ámbitos de vida del niño que se verán afectados.
Mi hijo tiene TDAH ¿y ahora?

El trastorno de hiperactividad y déficit de atención, inhibe a quienes lo padecen de retener información, interiorizar normas, terminar una tarea antes de comenzar otra, aprender a raíz de un castigo, tener paciencia y ser conscientes del tiempo que les toma hacer una tarea. Es por esto, que las familias deben poner mucha atención a la hora de educar a estos niños, para que aprendan a regularse y autocontrolarse.
Haz una reestructura del ambiente en lo que refiere a: rutinas, órdenes, horarios y normas adaptados a las necesidades del niño. Aprovecha todas las herramientas para que el niño pueda retener la mayor cantidad de información, usa carteles, fotos, dibujos, señales o sonidos. ¡Todo puede ser útil!
Busca maneras alternativas de enseñanza, piensa en voz alta, repite los procesos para realizar una actividad, utiliza maneras creativas para fomentar el desarrollo cognitivo. Tienes cientos de alternativas que te ayudarán a mejorar la calidad de vida de tu niño.
A veces podrá ponerse difícil pero recuerda que el castigo no es una herramienta efectiva de aprendizaje, al menos, en casos de TDAH. Debes recurrir a la paciencia y al temple interno, todo estará bien.
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