La vergüenza es una emoción frecuente en niños tímidos, que los embarga en situaciones nuevas, al estar con otra gente o en la escuela. Si bien la timidez o la vergüenza son muchas veces parte de la personalidad del niño -ya que ser introvertido o reservado no es un problema en sí mismo y es parte de la manera de ser de cada uno- muchas veces la vergüenza los limita mucho a la hora de relacionarse con los demás. Compartamos algunos consejos para saber cómo ayudar a niños con vergüenza.
Cómo ayudar a niños con vergüenza

Niños vergonzosos: ¿cómo ayudarlos?
La vergüenza puede ser un problema para el niño si sufre ansiedad y limitación en situaciones sociales. Si su timidez y vergüenza dificulta su posibilidad de jugar y ser parte de actividades en la escuela y cumpleaños y si esto lo angustia y preocupa, es cuando podemos buscar modos de ayudarlo.
Respetar sus emociones
Nunca debemos burlarnos de un niño que siente vergüenza en una situación social. Ridiculizar sus emociones sólo lo hará sentir peor. Respetemos y apoyemos a los niños que no son naturalmente extrovertidos acompañándolos en las situaciones sociales en que nos necesiten y haciéndole saber que lo que siente es normal.
Valorarlo por quien es
No es bueno expresarle a un niño vergonzoso que sería bueno que fuera como otros niños más sociables. Esas comparaciones no sirven para nada y sólo traen una sensación de no ser adecuado. Expresa a tu hijo que lo amas y valoras como es y menciona sus atributos positivos, como ser una persona paciente o un buen amigo que sabe escuchar. Y no dejes de recordarle que ser una persona reservada no tiene nada de malo: las personas introvertidas suelen ser muy reflexivas, creativas y cuidadosas.
Brindar apoyo en situaciones desconocidas
Apoya y acompaña al niño que siente vergüenza en situaciones nuevas. Dile que si necesita tu compañía, cuenta contigo para acompañarlo. Puedes ayudarle practicando cómo desenvolverse en una situación social nueva antes de ir.
Transmitirle confianza en sí mismo
Es importante que los niños tímidos o vergonzosos reciban aliento para construir autoconfianza y autoestima. Dile que confías en su capacidad de eventualmente poder desenvolverse con los demás, que le tomará su tiempo pero que tiene la capacidad de hacerlo cuando esté listo.
No forzar
Cuando vayas con tu hijo a un sitio donde conozca gente nueva, no lo fuerces a que salude y converse con todo el mundo. Incluso hay adultos a los que lanzarse directamente a la conversación con personas desconocidas no les resulta cómodo. Permítele tomarse su tiempo y moverse como mejor se sienta: observar la situación, escuchar en silencio, ser parte sin ser forzado a participar. Cuando las personas reservadas y vergonzosas tienen libertad para moverse así, es probable que luego de un rato se animen a entablar contacto con los demás. Esto es especialmente cierto con los niños, si no los forzamos.
Acompañando y apoyando a los pequeños que son más tímidos y sufren vergüenza en situaciones sociales, los ayudaremos a desarrollar mejor sus capacidades sociales.









