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Cómo ayudar a los niños a superar situaciones embarazosas

De repente notas que tu hijo tiene las mejillas coloradas y que está ensimismado, y como lo conoces como la palma de tu mano, podrías jurar que está pasando por uno de esos momentos en los que preferiría que la tierra lo tragase lo antes posible, para evitar esa sensación de vergüenza. Hoy te damos algunos consejos para ayudar a los niños a superar situaciones embarazosas y puedan enfrentar solos un momento incómodo.

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Enfrentando la vergüenza

Según el psicólogo Lawrence J. Cohen, autor del libro Crianza positiva, a partir de los 4 y 5 años, los niños descubren mucho más las posibilidades que le ofrece el mundo que los rodea, al mismo tiempo que tienen mayor conciencia de todo lo que ocurre a su alrededor y de sus propios actos. También son más concientes de las miradas de los demás, incluso de las burlas.

Algunas de las situaciones que pueden paralizar de la vergüenza a tu hijo son, por ejemplo, llorar delante de sus compañeros de clase; que lo descubran escarbando en su nariz y se burlen de él; que le hayan colocado los brackets en sus dientes y por eso se sienta diferente; un corte nuevo de pelo, con el que no se siente muy cómodo; haber hecho un gol, pero a favor del equipo contrario.

Superar momentos embarazosos

Es lógico que los niños sientan vergüenza frente a determinadas situaciones, y lo bueno es poder enseñarles cómo salir del mal paso. Lo primero que hay que hacer es desdramatizar la situación, haciéndole ver que a cualquiera le puede pasar.

Por otra parte, hay que reconocer que los niños necesitan pertenecer, necesitan encajar en un grupo, para no sentirse aislados. El hecho de enfrentarse frente a sus amigos con un nuevo corte de pelo o con los brackets en los dientes puede hacerlo sentir con temor por las miradas y las burlas de los demás. Dile que entiendes cómo se siente, pero que su pelo crecerá nuevamente y que sus dientes se verán perfectos cuando termine su tratamiento.

Los niños ya no quieren ser vistos como bebés, pero a veces no pueden evitar romper en llanto, aunque se avergüencen; ante esta situación debemos explicarles que nadie puede avergonzarse de sus emociones y que siempre es bueno manifestar aquello que nos molesta o nos hiere. A veces puede ser con lágrimas y otras veces, conversando sobre cómo nos sentimos y qué podemos hacer para sentirnos mejor.

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Lo que le tiene que quedar claro a tu pequeño es que sentir vergüenza no tiene nada de malo, lo bueno es poder manejarla para no quedarnos paralizados.

Encuentra en EntrePadres más consejos acerca de las emociones de los niños.