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¡Celebremos el Día Internacional de la Partera humanizando cada vez más los partos!

Elvira Lutz, una partera con gran trayectoria, en exclusiva con Vix Mujer.

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El parto gira, cada vez más, en torno al ginecólogo y no tanto a la mujer. Luchar por más derechos para las mujeres es luchar, también, por devolver el parto a las mujeres.

Gilda Vera, coordinadora general de la Red Latinoamericana y del Caribe por la humanización del parto y del nacimiento ( Relacahupan), manifestó en entrevista con Vix Mujer que «humanizar significa: hacer todo lo posible para que la mujer vuelva a adueñarse de su parto, vivir su embarazo, con su pareja, con su familia». Y agregó que «se debe trabajar en todo lo que refiere al empoderamiento de la mujeres, y todo lo que significa devolver el parto a las mujeres».

En esta lucha por lograr que el parto sea humanizado y devolver los derechos del parto natural a las mujeres, las parteras juegan un gran rol. Para Natalia Magnone, trabajadora social, máster en Sociología, especializada en derechos reproductivos de las mujeres y con formación de Doula, «la humanización es un movimiento, de familias, parteras y médicos también».

Además, Magnone expresó que los ginecólogos deberían estar para atender las complicaciones del trabajo de parto, mientras las parteras (formadas en la ciencia y el arte de la partería) deberían ser las que asistan los partos normales.

Es indudable el rol de las parteras en un parto humanizado y en la búsqueda por evitar la violencia obstétrica. Sin embargo, su presencia en los nacimientos es cada vez menor.

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Hoy, 5 de mayo, en el Día Internacional de la Partera, queremos recordar lo importante que es dicha figura para las mujeres y para lograr, también, un parto libre de violencias. 

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Elvira Lutz, partera, educadora sexual, expresidenta de la Sociedad uruguaya de Sexología, activista por los derechos sexuales y reproductivos y coordinadora/asesora de la Red de Parto Humanizado en Uruguay, nos brindó una entrevista exclusiva, donde nos contó acerca del rol de la partera y por qué es importante celebrar este día.

-¿Cómo fue su vida profesional como partera?

-Elvira Lutz (E.L.): Mi vida profesional fue complicada. Transcurrió entre la gratificación y la frustración. Desde mi visión personal, la formación académica de las parteras nos provee de amplios conocimientos, pero no siempre tenemos conciencia de la realidad que nos espera. Muy pronto visualicé que muchas prácticas en las salas de maternidad estaban pensadas y se aplicaban poniendo distancia entre el personal de salud y las personas que necesitaban asistencia; despersonalización total de la atención.

Históricamente, las parteras acompañaron a las mujeres en sus partos, hasta que aparece en el escenario el médico obstetra, con el argumento de resolver problemas patológicos. Este intervencionismo, al medicalizar el proceso normal del parto, desplaza a la partera de su rol, pasa a ocupar un lugar secundario.

El sistema impone sus rutinas, se produce el sometimiento en cadena. Podemos observar que la actividad de las parteras se desarrolla en un medio donde predominan las carencias y las desigualdades, se hace complicado y, a veces, intolerable. En mi caso personal, como no estaba dispuesta a la complicidad, pensé en capacitarme en otras disciplinas. Mi formación me permitió buscar otros caminos, siempre con el mismo objetivo: estar cerca de las mujeres, acompañar y orientar. Me incorporé a la Red de Salud de las Mujeres de Latino América y el Caribe (RSMLAC), incursioné en Educación Sexual y Sexología, desde la perspectiva de género en el marco de los Derechos Sexuales y Reproductivos, hasta que me vinculé con el Movimiento de Humanización del Parto.

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-¿Cree que se debe volver a resaltar la figura de la partera en un nacimiento?

-(E.L.): La presencia de la partera en el parto se ha desdibujado como resultado del intervencionismo médico, realizan tareas secundarias en muchos consultorios y policlínicas. Rescatar la presencia y prácticas de las parteras en el parto, tanto en el medio hospitalario como en el privado, es cada vez más difícil dado que el poder médico es el que lidera todo el proceso. Que una partera integre un equipo de salud para realizar tareas administrativas y llevar papeles de un lado a otro es una tremenda ironía.

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-¿Cómo debería trabajar una partera junto al ginecólogo?

-(E.L.): El gineco-obstetra tiene su rol muy bien definido, cuando se presenta alguna patología en el embarazo, en el parto o en el puerperio. La partera sabe muy bien detectar cualquier alteración y llamar o derivar al médico la situación.

La partera no necesita al ginecólogo para acompañar y/o asistir a una mujer embarazada, en trabajo de parto, en el puerperio o durante la lactancia si todo esta normal. Justamente para eso está formada.

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-¿Qué rol juega una partera en un parto humanizado?

-(E.L.): La partera es una especialista clave para dar curso a un proceso de cambio en la atención del embarazo, parto y nacimiento. Según algunas culturas, el oficio de parteras ha sido y es sagrado, el respeto, la sensibilidad, la comprensión, la serenidad. Contienen y acompañan.

La ignorancia crea temor. El temor crea tensión. Y la tensión genera dolor. Esta triada es la que, muchas veces, atemoriza a las mujeres. Sin tener un apoyo, una guía, piden anestesia o a gritos una cesárea. Estas intervenciones no siempre se necesitan si el acompañamiento y la conducción del parto se realizan desde la humanización.

La obstetricia como especialidad médica está interesada sobre todo en la patología y si no existe la inventa. No se respetan los tiempos del proceso en el trabajo de parto. Se interviene innecesariamente. Las inducciones, la episiotomía y/o la cesárea están a la orden del día.

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-¿Una partera puede ayudar a que se respeten los derechos de la mujer en el parto?

-(E.L.): Puede ayudar si se ha informado a la mujer, a su pareja y a su familia sobre sus derechos, y han tomado conciencia de los mismos. El sistema está dominado por criterios absolutamente androcéntricos [masculinos] y autoritarios, donde las reglas están establecidas. Es muy difícil cambiar, y menos escuchar a la partera.

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En Uruguay hay una ley que busca promover el parto humanizado. La ley No 18.426 de Defensa del Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva, aprobada en el 2010, expresa lo siguiente: «Promover el Parto Humanizado garantizando la intimidad y privacidad; respetando el tiempo biológico y psicológico y las pautas culturales de la protagonista y evitando practicas invasivas o suministro de medicación que no estén justificados».

-¿Por qué cree que el rol de la partera ha perdido peso en los centros de salud?

-(EL): ¡Por una cuestión económica! Así, lisa y llanamente, aunque parezca escandaloso y de mal gusto.

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-¿Es importante que se festeje internacionalmente este día?

-(E.L.): Sí, me parece muy importante que se recuerde este día, pero tiene muy poca prensa. La sociedad tiene que enterarse que las parteras existimos desde siempre y seguiremos existiendo.

Es importante que se conozca la existencia y formación en cada país, así como las actividades que las parteras desarrollan en nuestra sociedad, y especialmente que se difunda la Semana del Parto Digno y Respetado, que todos los años se celebra en el mes de mayo (16 al 23 de mayo), en donde se realizan diversas consignas relacionadas con el embarazo, parto y nacimiento.

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-¿Cuál es la postura de la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto a las parteras?

-(E.L.): La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS han publicado en el año 2006 un manual sobre  Herramientas para el fortalecimiento de la partería profesional, donde estos organismos internacionales enfatizan «el interés en fortalecer los servicios de partería profesional». A partir de ese momento se reconoció que la reducción eficaz y sostenible de la mortalidad de las madres y los recién nacidos exigía la presencia de parteras en los equipos de atención en salud.

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-¿Qué le diría a las mujeres que están por dar a luz?

-(E.L.): Les diría que no tengan temor al parto. El embarazo y el parto  no son una enfermedad.

Que como dice Isabel Fernández del Castillo: «El sistema médico consolida su autoridad a través del miedo al parto, induce a las mujeres embarazadas haciéndoles creer que el parto es peligroso, que se necesita ayuda técnica, creando a su vez nuevos riesgos que justifican su intervención. Inducir esta creencia es negar la innata capacidad de la mujer para llevar a cabo lo que millones de generaciones de mujeres han podido hacer solas o con la ayuda de otra mujer, además de perturbar el estado emocional y hormonal de la mujer, haciendo que esta termine por necesitar ayuda».

Feliz día para todas las parteras, ¡hacen un gran trabajo!

¿Conocías la importancia del rol de las parteras en el nacimiento de un bebé? Ellas velan por el derecho de las mujeres y juntas, intentan que el parto sea lo más natural posible, evitando así la violencia obstétrica

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