6 cosas que debes hacer antes de que tu hijo crezca

Tener en cuenta éstas 6 cosas que debes hacer antes de que tu hijo crezca, puede resultar más que gratificante el día de mañana cuando el tiempo haya pasado y mires para atrás todo lo que has vivido junto a él.

Por lo general, los padres decimos con frecuencia "¡crecen tan rápido!"; por eso mismo y antes de que sea tarde, saca tiempo de otras actividades y disfruta junto a tus hijos.

6# Métete en la cama junto a él por las mañanas

Deja que se meta en tu cama algún que otro día por la mañana, disfruta de esos instantes y esa necesidad que tienen y que solo les dura un tiempo, al igual que la de ir a su habitación a despertarlo y achucharlo y abrazarlo fuerte; cerca de la adolescencia ya no querrá que lo hagas.

5# Diviértete con tu niño en el parque de atracciones

Vete a un parque de atracciones, deja que salga tu niño interior y diviértete con tu hijo como nunca, ¡hazlo ahora!

4# Juega con tu peque

Súbete a los árboles, juega un partido de fútbol, sorpréndelo en el verano y mójalo con la manguera o con bombas de agua, juega todo lo que puedas con tus niños.

3# Disfrázate en cualquier momento del año

Disfrázate aunque no sea carnaval, juega al super héroe con los peques, permítete convertirte en un niño por un par de horas.

2# Viaja con tu hijo

Viaja con tu hijo antes de que crezca, descubran nuevos sitios y experimenten otros sabores y vivencias; luego cuando sean más grandes solo pensarán en ir de acampada o viajar con sus amigos.

1# Sorprende a tu hijo

Haz lo posible por compartir y llevar a cabo un sueño de tu hijo; algo que desee mucho. No solo te dará la oportunidad de ver su cara de “no me lo creo”, asombro, sorpresa y felicidad sino que además estarás enseñándole que los deseos también pueden hacerse realidad.

Comparte sus ilusiones, sus sueños, las actividades que le gustan, un programa favorito y añade cosas nuevas a su vida siempre que puedas. Todo aquello que puedas hacer antes de que tu hijo crezca, en un futuro se traducirá para ambos en vivencias de una infancia única e inolvidable, pero también en la satisfacción de que no ha quedado nada por hacer.