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5 señales que te avisan que tu hijo ya no es más un ‘baby’

Mi hijo recibió su primer corte de pelo oficial ayer. Ya le habíamos cortado el pelo antes. Cada tres semanas sin fallar porque el cabello le crece rápido. Pero siempre había sido bajo mi ojo vigilante para que no le quitaran sus hermosos rizos y no lo convirtieran en un big boy.

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Pero ayer no fui con él. Fue sólo su papá -que para ser justa, lo había llevado antes- y esta vez se despistó. No dio instrucciones claras y el barbero decidió que las peinillas 3 y 4 de su máquina de cortar eran la mejor opción para que ‘mi bebé’ se viera como un niño.

Y pasadas por lo menos dos horas desde que se fueron al babershop, me cambiaron a mi hijo de camino a casa. Lo que entró por la puerta de nuestro apartamento no era ya ‘el nene’ sino un preschooler de 4 ½ años. ¡Hasta más alto lo vi!

La triste realidad de que ya no es más un bebé

Mi esposo me miró preocupado y triste. El sabía lo que significaban aquellos rizos; niñez eterna.

Esta experiencia me hizo reflexionar sobre los momentos claves en los que te das cuenta que tu bebé, ya no es más un baby.

Y como no solo se trata de un corte de pelo, aquí te comparto las 5 señales que identifiqué:


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 #5 Ya no quieren hacer su siesta

Los bebés por lo general solo comen, duermen y hacen sus necesidades. A medida que crecen, comienzan a ‘pelear’ con el sueño porque quieren explorar lo que tienen a su alrededor. Y una de las señales definitivas de que ya no tienes un bebé en casa es cuando ya no hacen su nap. El mundo tiene muchas cosas que descubrir y el tiempo no es suficiente para jugar, así que ellos se saltan su hora de siesta sin que tú puedas hacer nada.

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 #4 Prefieren a sus amigos

Para los pequeños, su mamá lo es todo. Incluso ellos no entienden que no son un ‘apéndice’ de su mamá hasta que comienzan a gatear. Y a partir de ahí empiezan a independizarse. Los chicos prefieren entonces sus juegos y cuando descubren a sus amigos, ya no quieren alejarse de ellos. ¡Y con razón! Tienen sus mismos intereses y el mismo tiempo para jugar. Cuando tu hijo crece comienza a pasar más tiempo con sus amigos que contigo y eso incluye los famosos playdates y sleepovers, porque la casa del amigo siempre será mejor que la tuya...y su mamá, también.

 #3 Defienden su nombre

Los niños, mientras están chiquitos, disfrutan que les llames como quieras. Rey, príncipe, cosita, cuchi, bebito pero una vez crecen, asumen su nombre y defienden su identidad. ‘Yo no me llamo rey, mi nombre es Perencejito’ es lo que suelen decir. Y cuando lo aprenden a escribir, su nombre cobra aún más sentido porque quieren dejar su autógrafo en todos lados como señal de propiedad.

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 #2 Eligen su ropa

¡Tan lindos que se ven cuando tú los puedes vestir! Todo muy bien coordinado, los accesorios en juego con sus zapatos, sus medias del mismo color. Pero luego, al cabo de los 4 ó 5 años te dan la sorpresa que ya no quieren usar la ropa que tú elegiste. Ellos van desarrollando sus propios gustos, tienen sus preferencias y comienzan a defenderlas. Ya lo que tú escogiste no les parece tan cool.


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#1 ‘You are not my friend anymore’ se convierte en su frase favorita

Y llegó el momento de la verdad. Ya no quieren hacer lo que tú les pides sino que quieren comenzar a hacer las cosas como a ellos les parece. Al momento en que te pones firme y le repites tus instrucciones entonces ya no le pareces tan buena. Ya no eres su mami tierna y te dicen con firmeza ‘ you are not my friend anymore’ (ya no eres mi amiga) o ‘ya no te quiero’, que suena todavía más cruel. ¿Cómo que ya no me quiere o ya no le gusto si hasta hace segundos la pasábamos muy bien? Es ley de la vida. Ya los niños comienzan a tomar sus propias decisiones y tienen que aprender por ellos mismos. Así que por más que quieras evitarles un mal golpe -físico o no- ya tu palabra no es la que cuenta.

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Mi hijo sigue pareciéndome hermoso sin sus rizos. Tiene la misma sonrisa, es igual de cariñoso pero ahora me doy cuenta que tengo que comenzar a hacer las paces con la realidad de que va a crecer. Estos 5 momentos claves son solo un grupo de los milestones que le falta por alcanzar en su vida hasta que ya parta de casa para no regresar. Y aún en ese momento estoy segura que como para todas las mamás, mi hijo seguirá siendo ‘mi bebé’, no importa lo grande que llegue a ser.