Antes de tener un bebé, cuando llegaba el fin de semana podías dedicarte a descansar y hacer las cosas que más te gustaban... Pero después de tener un bebé, los fines de semana saben a poco.
3 cosas que cambian en el fin de semana luego de tener un bebé

Son diferentes, tienes al jefe más estricto de todos, y además en miniatura. Un jefe al que amas y por el que te derrites a cada segundo, pero un jefe muy exigente al fin y al cabo, un jefe que te pide energías todo el día.
Sabes a lo que me refiero, ¿verdad?
#1 Dormir sin horarios

Sí, tener al menos 6 horas de sueño profundo y reparador es lo primero que cambia cuando eres madre, y ya no volverá a ser como antes, al menos por un largo tiempo.
Antes de ser mamá, tu podías madrugar el sábado para ir de compras o a la playa, pero el domingo era para dormir. En cambio, cuando eres madre, posiblemente recuerdes de forma borrosa aquello que era dormir; ahora tu día comienza antes de que salga el sol.
Y también te conviertes en esas personas que se enfadan con otras cuando pueden dormir y no lo hacen. ¿En serio? Con el placer que se siente al dormir...
#2 No hacer nada en todo el fin de semana

Sí, este suele ser el objetivo de muchas personas cuando llega la tarde del viernes. ¿Llegó el sábado por la tarde? ¡Maratón de películas hasta el amanecer! Que tiempos tan deliciosos...
Pero cuando eres madre, la cosa cambia, y en el fin de semana tienes que hacer más cosas juntas de lo que imaginaste nunca que podrías hacer. Madrugas antes de que salga el sol y antes de que se levante el resto de la familia, tienes que buscar tiempo para darte una ducha...
¡Pero se puede! Las madres tenemos energía para eso y más.
#3 Salir hasta tarde

Si te apetecía salir a cenar simplemente lo hacías, si querías acostarte a las 5 de la mañana también lo hacías, no tenías que rendir cuentas a nadie.
Con un bebé, él pone las horas. Si tiene que estar durmiendo a las nueve de la noche, tú también tendrás el pijama puesto para esa hora. Recuerda, es el jefe más exigente... pero cuando duerma, puedes sacar una copa de vino y disfrutar de una película en la intimidad de tu hogar. ¿No suena tan mal, verdad?
Pero una cosa te digo amiga, mis experiencias como madre no las cambio por NADA del mundo. Tengo un jefe exigente, mi hijo, pero es el MEJOR jefe del planeta, al que le doy amor y mimos cada día de mi vida.
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