No resulta fácil criar a un hijo, es normal sentirse atascado en el día a día dejando de lado conversaciones de suma importancia para el crecimiento y desarrollo del pequeño. Estas conversaciones pueden ser muy importantes para crear un buen vínculo emocional y afectivo. Por eso, hoy quiero hablarte sobre algunas conversaciones importantes que debes tener con tu hijo.
3 conversaciones importantes que debes tener con tu hijo

¿Cómo estás?
Algo tan básico e importante como preguntar "cómo estás" o "cómo te ha ido en el día" es imprescindible para que tu hijo se sienta escuchado, comprendido y amado. Debes demostrar verdadero interés por tu hijo, y poner toda tu atención para escuchar la respuesta. Pregúntale más allá de la escuela para que vea que te interesas por todos los aspectos que componen su vida.
Si le das a tu hijo la oportunidad de compartir contigo sus experiencias, poco a poco se sentirá cómodo y confiando hablándote sobre sus cosas y su día a día. A veces tener esas conversaciones sobre "nada en particular, pero todo en general" es la mejor manera de ayudar a un hijo a expresar sus emociones, y ayudarte a ti a conocer a tu hijo plenamente.

Seguridad en la calle
Es muy importante que hables a tus hijos sobre la importancia de respetar las normas de seguridad de la calle para que no corran peligro. Además, deberás asegurarte que comprendan perfectamente que no deben hablar con extraños y pedir ayuda siempre que lo necesiten, aunque sea gritando para alertar a las personas cercanas de su alrededor y que puedan ayudarle inmediatamente.
Sobre el agradecimiento
Es importante que los hijos sepan pedir las cosas "por favor" y dar las gracias desde bien temprana edad, y que sepan qué significan estas dos expresiones de agradecimiento. Deben aprender lo importante que es ser agradecido en la vida por todo lo que puede disfrutar y vivir cada día. Gracias al agradecimiento podrán desarrollar también la compasión, algo muy importante en nuestra sociedad para poder ayudarnos unos a otros.
Acércate a tu hijo para dialogar con él. No cometas el error de pensar que, como él no te pide para hablar, no necesita expresarse o contarte qué le pasa en su vida. No se trata de saber cada detalle de la vida de tu hijo si él no lo quiere así, pero sí de hacerle saber -y demostrarle- que tú estás para escucharlo y darle un consejo cuando él así lo quiera y necesite.









