10 cosas raras (pero necesarias) que hacemos las mamás de niños pequeños

Mi madre, hermana, amigas y ahora yo… cuando nos convertimos en mamás, cambiamos drásticamente: nuestro cuerpo, nuestro tiempo, nuestras prioridades y sí, también nuestro comportamiento.

Si ya eres madre seguro sabrás de lo que hablo y si no, más vale que no digas “yo nunca seré así” porque tarde o temprano todas hacemos lo mismo y es que con tanta ternura en brazos es imposible aguantarse, ya sea para captar su atención, consolarlos, cuidarlos o simplemente sentirnos más cerca.

Te comparto 10 cosas raras que las mamás de niños pequeños hacemos y que sólo quienes son madres entenderán:

#1 Olerles el cuello

Aunque no siempre percibimos ese olor a bebé, acercarnos al cuello de nuestro pequeño es simplemente irresistible. A veces solo es una mezcla de sudor con restos de leche, pero yo digo que son las feromonas, esas que crean la química y despiertan nuestro instinto animal, una forma de identificar a nuestros bebés, porque, eso sí, no me imagino oliéndole el cuello a ningún otro.

#2 Hurgar entre los dedos de sus pies

Y cuando comienzan a caminar, sus piecitos se ensucian más rápido, pero ese no es impedimento para dejar de acariciarlos, olerlos y hurgar entre sus dedos sacando rollitos de tierra mezclados con sudor.

#3 Oler su ropa

Oler su ropa, mantitas o almohada impregnadas con el mismo olor de su cuerpecito es una manera que tenemos las mamás de sentirnos cerca de ellos, en especial cuando pasan la noche con los abuelos o se encuentran en la escuela. Yo no dejo de oler sus camisas antes de echarlas a lavar.

#4 Hacer caras mientras les damos de comer

Así como somos capaces de usar el mejor labial en una cena de gala, podemos hacer muecas y caras como juego o hasta imitación, todo con tal de que nuestros niños coman.

#5 Inventar canciones de todo

Jamás creí tener tanto talento -o bueno así me lo hace creer mi hijo- y si unos años antes no habría sabido qué decir… ahora simplemente las letras, rimas y melodía surgen, incluso con la petición más extraña  como: “cántame la canción de las escaleras, mami”.

#6 Improvisar onomatopeyas

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Cuando te conviertes en madre te conviertes en una excelente narradora también, te acostumbras a sonorizar caídas, vuelos de aviones, sensaciones, dolor y prácticamente todo: ¡yupi! ¡wi! ¡pum! ¡pow!

#7 Observarlos mientras duermen

Estoy segura que este comportamiento tendrá que parar o al menos tendré que ser más sigilosa para que él lo note menos, pero mientras aún puedo, me pierdo durante minutos mirándolo fijamente mientras duerme, así tan plácido, tan inocente, tan perfecto.

#8 Revisar sus pañales

¡Pero qué cosa más extraña de la que me confieso culpable! No es algo que hagamos con asco y extremo cuidado sino todo lo contrario, mientras otros se alejarían del trasero sucio de un niño, nosotras llevamos la nariz directamente a éste para detectar si se hizo del baño. 

#9 Limpiarlos con la mano

Este es uno de esos comportamientos que no entendíamos hasta que los vivimos, y es que limpiar la nariz sucia, restos de comida o un mar de lágrimas de nuestros pequeños es tan natural que basta con nuestra mano o ropa para hacerlo.

#10 Jugar como ellos

Y la mejor forma de sentirnos como niños otra vez es jugando con uno. Cuando eres madre dejas los tacones y el peinado perfecto de lado para aventarte del tobogán y otras locuras más.

De mamá a mamá, cuéntame qué otros comportamientos raros has adoptado con tus hijos.