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¿Sabes cómo tu elección de palabras puede afectar tu cerebro?

De acuerdo con un grupo de médicos de la Thomas Jefferson University, la elección que hacemos de nuestras palabras puede tener un impacto mayor del que imaginamos. Piensa en esas frases como «no debo», «no puedo» o «no sé» que solemos utilizar con tanta frecuencia. En realidad pueden producir efectos negativos a largo plazo en nuestra psiquis que pueden literalmente modificar nuestro cerebro. Hoy te contamos por qué.

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Las palabras positivas fortalecen el lóbulo frontal

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Cuando pronunciamos palabras positivas en nuestra vida cotidiana, el área del lóbulo frontal se ejercita y se mejora su rendimiento. Es más, cuando estimulamos este área estamos impulsando el desarrollo de una parte del cerebro que nos ayuda a distinguir lo «bueno» de lo «malo» y que nos proporciona la habilidad de anular lo «inaceptable». Entonces, si utilizamos palabras positivas de manera frecuente, tendrás la motivación suficiente para modificar distintos aspectos de tu vida y podrás tomar decisiones con mayor claridad.

Las palabras negativas aumentan las hormonas del estrés

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Los autores del libro Words can change your brain, Andrew Newberg y Mark Robert Waldmen, afirman que «una sola palabra tiene el poder de influenciar la expresión de los genes que regulan el estrés físico y el emocional». En efecto, cuando hacemos uso de palabras negativas se activa una respuesta desde el miedo que eleva los niveles de las hormonas del estrés de las cuales se ocupa la amígdala. Una vez que este tipo de hormonas se propagan por el cuerpo es probable que nuestros sentimientos sean de tensión e incluso de enojo. Por supuesto, un mínimo de estrés es saludable porque nos mantiene a salvo. Sin embargo, el estrés al que nos sometemos la mayoría lejos está de tener que ver con situaciones de peligro graves como una estampida de elefantes o un incendio descomunal. El impacto del estrés puede generar efectos negativos tanto a nivel físico como mental.

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La clave: cambiar la perspectiva

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El lóbulo parietal es la parte del cerebro encargada de recibir las sensaciones de frío calor, tacto, presión y dolor. Además se encarga de coordinar el equilibrio y de almacenar información con respecto a cómo nos vemos a nosotros mismos y a los demás, entre otros propósitos. Según el grupo de médicos de la Thomas Jefferson University, el uso frecuente del lenguaje positivo puede modificar las funciones del lóbulo parietal. Esto quiere decir que si utilizamos palabras positivas para con nosotros mismos al poco tiempo estaremos también pronunciando palabras amables para con otras personas. Del mismo modo, si tenemos una imagen negativa de nosotros mismos fomentada por las palabras negativas que utilizamos entonces es probable que veamos a los demás con demasiada cautela y sospecha. Definitivamente no es la forma en la que queremos relacionarnos, ¿cierto?

El estudio y sus resultados

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Este grupo de profesionales realizó un estudio para verificar si el uso de palabras positivas y motivadoras podían reconfigurar de verdad nuestro cerebro y los procesos de los pensamientos. Para realizar esta investigación reunieron un grupo de adultos entre 35 y 54 años que debían escribir 3 cosas al día que los hacían felices y las razones. Cuando finalizaron los 3 meses del estudio, los autores de la investigación concluyeron que los que habían escrito palabras positivas se sentían más felices. Además, comprobaron que somos realmente capaces de reconfigurar nuestro cerebro para ser más positivos. Solo hace falta que nos enfoquemos en las situaciones positivas en vez de prestar tanta atención a las negativas.

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Como ves, ya tenemos varias razones para empezar a cuidar más nuestro lenguaje. Si formamos el hábito de utilizar palabras positivas estaremos entrenando nuestro lóbulo frontal y así será más efectivo no solo en los momentos en que estamos contentos sino cuando estamos enojados. Lograremos estar más serenos o al menos, en un principio, pensar con más lógica en situaciones de ira. También verás que tu perspectiva de ti mismo y de los demás empieza a virar hacia un sentir más positivo. Una forma práctica de lograrlo es escribir todos los días 3 cosas que te hacen feliz. Empezarás a ver que surgen cambios magníficos en tu vida.