La rabia es una enfermedad que se encuentra en más de 150 países y territorios. En la gran mayoría de los casos de rabia en humanos, los perros son las fuentes de infección. Es importante saber qué es la rabia humana para entender el riesgo y asumir la prevención.
Qué es la rabia humana


Rabia humana: zoonosis
Cada 28 de septiembre la OMS celebra el Día Mundial de la Rabia, una enfermedad que también es denominada en el mundo médico como zoonosis, se trata de una afección transmitida al ser humano por cuenta de los animales domésticos y salvajes. La transmisión se produce por el contacto con la saliva infectada y a través de mordeduras o arañazos.

El 95 por ciento de las muertes registradas por rabia se producen en Asia y África, según la Organización Mundial de la Salud. Aunque la rabia está presente en cientos de lugares del mundo, el único lugar que está a salvo de la rabia es la Antártida.
Los casos de rabia son más frecuentes en poblaciones pobre y vulnerables. Además de los perros, los murciélagos son la principal fuente de infección en los casos de rabia en los Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, la vacunación, tanto en animales como en humanos, es efectiva para la prevención de la rabia.
Manifestaciones clínicas de la rabia
La rabia se incuba en un período de 1 a 3 meses, pero en algunos casos puede oscilar entre menos de una semana o más de un año. Los síntomas de la rabia más frecuentes son la fiebre, que normalmente va acompañada por dolor o sensación inexplicable de hormigueo, picor o quemazón en el lugar de la herida.
Cuando el virus transmitido se propaga en el organismo, el sistema nervioso central se produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que en consecuencia produce la muerte.

Las personas que padecen de rabia furiosa, a menudo presentan signos de hiperactividad, excitación, hidrofobia. Otros pasan por la fiebre paralítica, representa aproximadamente el 30 por ciento de los casos humanos y tiene un proceso más largo, los músculos se paralizan gradualmente, sobre todo en la zona de la mordedura. En miles de casos estos síntomas no se asocian a la rabia y en consecuencia el diagnóstico es más complicado.
La rabia humana se puede diagnosticar en vida y postmortem mediante diversas técnicas que permiten detectar el virus entero en tejidos infectados del cerebro y la piel, también en orina o saliva.







