¿Prefieres a los perros o a los gatos? ¡Yo no puedo decidirme!

Si como yo también has tenido de mascota a perros y gatos sabrás que aunque pueden ser muy diferentes también pueden parecerse mucho.

Sin embargo, la parte más difícil de la historia es cuando alguien decide preguntarte a cuál de ellos prefieres. ¡Son como nuestros hijos! No se puede elegir a unos sobre otro, aunque... ¿se puede intentar alcanzar un acuerdo?

1. Los perros son más amigables

Los perros te saludan cuando llegas a tu casa, incluso aunque apenas hayas decidido salir por 5 minutos, demostrando que te han extrañado como si hubieras desaparecido durante años.

Los gatos, en cambio, suelen ser menos demostrativos, aunque pensándolo bien, nada se compara con su ronroneo...

2. Los gatos son más inteligentes

Siempre se ha dicho que los gatos son más inteligentes, aunque en mi experiencia personal los resultados no son tan exactos. 

¿Qué es la inteligencia, después de todo? Mis perros son mucho más hábiles al momento de atrapar una pelota, aunque es cierto que los gatos suelen hacerse entender casi de forma humana. 

3. Los perros se preocupan por nosotros

¡Imagina que un ladrón entra a tu casa para intentar asesinarte! Bien, no es una linda escena, pero probablemente tu perro trataría de protegerte, mientras el gato saldría huyendo por la ventana librándote a tu suerte. 

¿Esto quiere decir que los gatos no nos quieren o no se preocupan por nosotros? No lo creo, probablemente solo siguen su instinto, aunque pueden ser bastante crueles. 

4. Los gatos son más pulcros

Los perros generalmente disfrutan jugando en el barro, en la lluvia, en la arena o en cualquier sustancia viscosa aunque esté llena de bacterias, mientras los gatos suelen dedicar su tiempo a limpiarse.

También es verdad que tanto gatos como perros entierran su excremento, aunque a veces  los perros deciden comérselo, lo cual aunque tiene una explicación científica sigue siendo bastante... ¿poco pulcro?

5. Los perros son más activos

Los perros pueden estar todo el tiempo corriendo de una parte hacia otra, ladrando, jugando o simplemente mirando la televisión con nosotros aunque no entiendan nada que lo que está pasando. 

En cambio, los gatos siempre están durmiendo. Lo hacen tanto de tarde, como de mañana, como de noche, e incluso en el medio de cada siesta, que pueden durar cada una entre media hora y medio siglo, dependiendo de su estado de ánimo. 

6. Los gatos son más independientes

Más allá de que existen perros que desafían a la norma, los gatos suelen ser los animales más independientes al momento de hacer la comparación. Muchos gatos suelen irse de sus casas para volver tiempo después, arreglando sus asuntos sin la presencia humana, aunque nadie sabe bien cómo es que lo hacen (también me da un poco de miedo averiguarlo). 

Los perros, en cambio, cuando han sido domesticados, suelen volverse mucho más dependientes de los humanos. No es que no puedan salir a solucionar sus propios problemas, pero necesitan a las personas (del mismo modo que las personas los necesitamos a ellos). 

7. Ambos nos quieren por igual

Más allá de que existan muchas diferencias entre perros o gatos hay también muchas similitudes, entre las que una se destaca por sobre todas: nos quieren mucho, tanto como nosotros a ellos. 

Sin dudas, aunque decidas tener un gato, un perro o incluso ambos a la vez, agradecerás el cariño que te brindarán por siempre, al tiempo que aprenderás a quererlos mucho tú también. 

¿No son adorables nuestras mascotas? ¿Tú tienes perros, gatos o ambos? ¿Prefieres a alguno en particular, o tampoco puedes decidirte? 

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