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¡Nada de dietas locas! Ordena tu refrigerador y adelgazarás...

CUALQUIER acción que te decidas a realizar tendrá una repercusión sobre tu cuerpo, incluso el modo en el que has ordenado tu refrigerador. Ahora, dicha organización -que con toda certeza no pensaste demasiado- está incidiendo sobre tu peso corporal.

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Así que, ¡cuidado! Tu heladera debe ser una aliada a la hora de disfrutar de un peso saludable. Pero, ¿cómo?

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#1 Los alimentos nutritivos

Cuando nos enfrentamos a una elección, solemos tener la tendencia de dirigirnos al centro -según lo comprobó un equipo de psicólogos de la Universidad de Chester-. Lo mismo sucede con los alimentos que guardamos en nuestra heladera; los más favorecidos son los que descansan en los estantes centrales.

Nuestra recomendación: Dada esta inclinación natural, lo mejor será que coloques los alimentos más nutritivos en el espacio central de tu heladera. ¡Haz la prueba!

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#2 Los placeres culposos

Ya está más que comprobado: cuanto más y mejor puedas ver una tentación comestible, mayores serán tus ganas de acabar con ella. A este respecto, un estudio llevado a cabo por un experto en el tema, Brian Wansink, demostró que comeremos un 70% más de chocolate, si lo guardamos en un recipiente transparente, que si lo hacemos en uno opaco. ¿Qué tal?

Nuestra recomendación: “Ojos que no ven, barriga que no siente”. ¡A comprar más tuppers opacos!

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#3 Productos frescos

Convengamos que no será para nada estimulante abrir tu cajón de alimentos frescos y encontrarte con una fiesta de bacterias y podredumbre. Por tanto, si quieres que el colorido y la frescura de las frutas y las verduras te invite a comer, tendrás que tomar medidas para preservarlas.

Nuestra recomendación: Compra tus alimentos frescos y consúmelos enseguida. Y, por si acaso, envuélvelos en Fenugreen FreshPaper. Estas bolsitas son perfectas para prolongar la vida útil de tus alimentos.

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#4 Preparación

Cuando te asalta el apetito, es muy probable que pelar una zanahoria no se encuentre en tu lista de prioridades. Una bolsa de papas fritas o un paquete de galletitas te ofrecerán lo que estás buscando: inmediatez.

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Nuestra recomendación: Si cada vez que tengas un antojo vas a acudir a este tipo de alimentos procesados... Bueno, no hace falta que te digamos lo que sucederá con los números de tu balanza. ¡Cuídate!, y toma precauciones. La próxima vez que vayas a guardar tus verduras, corta un par de zanahorias (o de la verdura que más te agrade), introdúcelas en un recipiente transparente y colócalas en los estantes centrales de tu heladera.

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#5 Minimalismo

La sobreacumulación de objetos suele venir de la mano con el estrés. ¡Esto también se aplica al interior de tu heladera! Y es que seamos sinceras: cuando te ataca el hambre, las posibilidades de que quieras ponerte a revolver entre un montón de alimentos hacinados es bastante remota.

Nuestra recomendación: Para empezar, haz una limpieza semanal de tu refrigerador y libéralo de todos esos alimentos que dejaron de ser comestibles. Evita las montañas de comida y procura dejar unos cuantos centímetros de espacio entre un alimento y otro.

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#6 La lista

No todas nos acordamos con absoluta precisión lo que hemos guardado en nuestras heladeras. Y esta situación no suele ser muy favorable para prevenir que nuestros alimentos se hechen a perder...

Nuestra recomendación: Arma una lista de prioridad de consumo y colócala en la puerta de tu refrigerador. Esta te ayudará a tener bien presente lo que ya has comprado y en qué orden deberías consumirlo para aprovechar al máximo todos los nutrientes -y eludir desperdicios-.

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¿En conclusión? Sé más consciente de lo que introduces en tu boca: cuida el estado de tus alimentos y organízalos, siguiendo estos consejos. Los buenos resultados te estimularán a emprender otros desafíos saludables.