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Luke Perry no es el único: expertos explican por qué ocurren infartos cerebrales a gente "joven"

Publicado 5 Mar 2019 – 12:46 PM EST | Actualizado 5 Mar 2019 – 12:46 PM EST
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La muerte del actor Luke Perry tiene a todos los fans de Beverly Hills, 90210 y Riverdale devastados. Con apenas 52 años de edad, Perry sufrió un infarto cerebral masivo del que nunca pudo recuperarse.

Aunque parezca increíble, los expertos revelaron un hecho desgarrador: el riesgo para un derrame cerebral aumenta con la edad, pero en los últimos años suceden con mayor frecuencia en gente joven.

Los 52 años de edad son una etapa prematura para entrar en el rango de riesgo de un infarto cerebral. Hasta hace poco más de una década, se hablaba del peligro de estos ataques sólo para aquellos pacientes de entre 60 y 75 años.

El doctor Larry Goldstein —profesor y jefe del departamento de neurología de la Universidad de Kentucky— asegura que el peligro ha dejado de ser exclusivo para aquellos que forman parte de la "tercera edad". Goldstein habla de cifras concretas:

«En 2009 el 34 % de las personas hospitalizadas por accidentes cerebrovasculares en los Estados Unidos eran menores de 65 años. Esto frente al 24 % reportado en 1989. Por otra parte, hay datos oficiales del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que citan hasta 52 % de hospitalizaciones por infartos cerebrales en personas de 35 a 44 años».

Goldstein asegura que la incidencia de estos ataques en personas cada vez más jóvenes, tiene mucho que ver con la rutina urbana:

«El humo de segunda mano, el cigarro, los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio son los mayores factores para que un infarto cerebral se presente en distinta gravedad. Todos estos hábitos afectan la presión arterial y provocan trastornos de circulación».

La doctora Shraddha Mainali —neuróloga en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio— coincide con Goldstein:

«En nuestros tiempos a cualquier edad se puede sufrir un derrame cerebral. La presión alta y la fibrilación auricular (latidos cardíacos irregulares) son los principales problemas a monitorear».

Un estilo de vida saludable evitará cualquier complicación por trastornos de circulación. La rutina requiere un esfuerzo extra para que el cuerpo no pague las consecuencias de los excesos.

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