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¿La incertidumbre te pone mal? La respuesta puede estar en tu cerebro

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A veces las cosas no funcionan como nos gustaría y lo único que podemos controlar es cómo nos paramos frente a un futuro poco claro. Algunas personas dejan que la vida los lleve a nuevos lugares sin estresarse demasiado. Otras, en cambio, no toleran la idea de flotar en la incertidumbre, de no tener un plan.

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Si te identificas con el segundo grupo probablemente sientas un nudo en el estómago cuando los planes cambian sin previo aviso. Para algunos un futuro incierto es emprender una nueva aventura, pero cuando no te gusta la incertidumbre se puede sentir como tener un pie en el vacío. A veces puede sacar lo mejor de ti y podrás pensar un nuevo y mejor plan que nunca hubieras imaginado y otras veces el miedo te puede paralizar, pero no te preocupes, puede que la razón esté en tu biología y no en tu personalidad.

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Un nuevo estudio de la Universidad de Dartmouth reveló que hay una diferencia fundamental entre las personas que no toleran la incertidumbre y las que sí: el cerebro. Los científicos reunieron a 61 estudiantes y les hicieron completar una encuesta destinada a conocer la habilidad de cada uno de tolerar la incertidumbre y después les realizaron resonancias magnéticas. Así llegaron a un descubrimiento revelador: los individuos con menos tolerancia tienen un cuerpo estriado (un área del cerebro) más grande que lo normal.

«Nuestra investigación sugiere que hay una relación entre la habilidad de un individuo para lidiar con la incertidumbre y el volumen de materia gris en un área específica del cerebro», explicó el autor del estudio, Justin Kim, en una entrevista con Psychcentral.

El cuerpo estriado está asociado con la función motriz, pero también con desórdenes como la ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Esta es la primera vez que se encuentra en personas sin un diagnóstico, pero, según Kim, eso no significa que puedan tener ansiedad o TOC, aunque puede servir para predecir si alguien va a sufrirlos en el futuro, pero eso también es, irónicamente, incierto.

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Tenerle fobia a la incertidumbre no tiene que ser algo negativo en sí mismo. Si, por el contrario, sientes que esa sensación te agobia puedes hacer algunas cosas al respecto. Meditar, por ejemplo, es una gran manera de empezar el día enfocado en las cosas buenas y calmar los nervios. También puedes usarla como disparador para hacer un nuevo plan.

No querer incertidumbres en la vida te puede llevar a proyectarte a futuro y a ser más organizado. Lo único que necesitas es saber qué quieres y pensar en los pasos que te llevarán allí. Tu cerebro te lo agradecerá.