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La falta de deseo sexual puede ser síntoma de 10 problemas de salud: entérate de cuáles

Diagnosticar un trastorno del deseo sexual es complicado, dada la singularidad de cada mujer y de cómo se relaciona con su sexualidad. El deseo sexual bajo puede deberse a varios factores, varios de ellos físicos y otros tantos mentales: puede ser provocado por una disminución en la libido, un sentimiento más físico, o por la ausencia de fantasías o pensamientos sexuales, que se conoce como trastorno del deseo sexual hipoactivo.

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La disminución del deseo sexual en una mujer puede llegar a afectar su salud emocional. Cuando hay un cambio brusco en el deseo de una mujer y esta carencia está interfiriendo con su calidad de vida, es importante buscar las razones que se esconden detrás.

10 problemas de salud vinculados a la falta de deseo sexual en las mujeres

La ginecóloga brasileña Luciana Deister explica que la disfunción sexual femenina puede deberse a varios factores, sean estos hormonales, bioquímicos, emocionales, relacionados a enfermedades, por cuestiones anatómicas o problemas en la relación de pareja. Deister explica que hay, además, algunas enfermedades o problemas de salud que pueden tener como síntoma esta disminución en el deseo.

1. Estrés constante

Esta es una de las causas psicológicas que pueden afectar el deseo en una mujer. El estrés, además de psicológico, es biológico, dado que libera hormonas y pone al cuerpo en un estado de defensa que disminuye los niveles de hormonas sexuales. Cuando las situaciones estresantes se repiten a diario y el estrés se convierte en un problema crónico, la falta de deseo también. En ese caso se puede hablar de disfunción sexual.

2. Inflamación

Esta es una manifestación de muchas enfermedades, en especial las autoinmunes o las autoinflamatorias, como la artritis o las enfermedades inflamatorias del intestino. También la obesidad puede ser un factor de riesgo ante una respuesta inflamatoria crónica, aunque las mujeres delgadas pueden tenerla.

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Se trata de una respuesta del cuerpo ante una amenaza, normalmente equivocada: el sistema inmune ataca los tejidos sanos como si fueran una amenaza o estuvieran infectados. La inflamación afecta la actividad de varias hormonas y neurotransmisores, como la serotonina y la melatonina, las cuales pueden incidir en el estado emocional de una mujer y en su deseo sexual.

3. Fatiga crónica

La fatiga crónica puede interferir con tu deseo sexual, principalmente debido a la falta de energía para participar en cualquier actividad, lo cual incluye el sexo. Este tipo de fatiga puede ser un signo de enfermedades como depresión o fibromialgia, pero también puede ser una enfermedad en sí misma. El síntoma principal es el cansancio constante que no responde ante las horas de sueño. Usualmente va acompañada de una respuesta inflamatoria en los ganglios linfáticos.

Cuidar niños o ancianos por un período extenso de tiempo puede inducir estados de fatiga constante. Dado que las mujeres son quienes, culturalmente, suelen encargarse de la mayoría de las tareas relacionadas con el cuidado, pueden correr más riesgo de estar fatigadas y sufrir disfunción sexual debido a eso.

4. Dieta hipocalórica o baja en grasas

Cuando comes muy poco y corres hasta caerte al suelo, la conjunción de los bajos niveles de energía con una mayor energía gastada puede desequilibrar los niveles hormonales. La mayoría de las veces, consumir una dieta más nutritiva y calórica mejora la libido.

Dejar de consumir grasa no es una estrategia efectiva para adelgazar, y sin embargo muchísimas personas siguen dietas bajas en grasa a diario. Los niveles bajos de grasa en la dieta han sido vinculados a un deseo sexual disminuido, dado que reducen la cantidad de estrógeno y testosterona. Sin embargo, esto se aplica solo a las grasas saludables: las grasas saturadas han sido vinculadas también con una disminución en el deseo.

5. Enfermedad tiroidea

Dado que la tiroides tiene influencia sobre los niveles hormonales de todas las partes del cuerpo, no es sorprendente que un desequilibrio en esta glándula provoque disfunción sexual al desequilibrar las hormonas sexuales. La sequedad vaginal que la enfermedad causa, que tiene como consecuencia penetraciones dolorosas o incómodas, también juega un papel importante en la disminución del deseo.

6. Síndrome de ovario poliquístico

En un estudio iraní, 99,2 % de las mujeres con síndrome de ovario poliquístico encuestadas (que totalizaban 130) dijo tener algún problema con la excitación sexual y 98,5 % admitió que tenía deseo sexual bajo. Esto puede deberse a que la enfermedad afecta la vida sexual de la mujer de varias maneras.

La primera, muy biológica, es que desajusta los niveles hormonales. Si bien las mujeres que tienen este síndrome producen más testosterona (una hormona que puede ayudar a aumentar el deseo sexual), el contraste con los bajos niveles de estrógeno no permiten que su vida sexual mejore.

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La segunda, más psicológica, es que los cambios en el aspecto del cuerpo de la mujer pueden hacerla sentir descontenta con él, y un descenso en la autoestima se opone a una vida sexual sana. La caída del pelo, el aumento de peso, el acné y la aparición de vello en lugares en que antes no estaba (como vello facial) son las consecuencias más comunes de la enfermedad y son razones comprensibles para que una mujer ya no se sienta cómoda en su cuerpo.

7. Endometriosis

Esta enfermedad ocurre cuando el tejido que recubre las paredes del útero, llamado endometrio, comienza a formarse fuera de este órgano. Los síntomas más comunes son menstruaciones dolorosas, sangrados durante todas las fases del ciclo menstrual, dolor crónico y fatiga debido a estas incomodidades.

Para muchas mujeres, el sexo agrava estas incomodidades físicas, dado que la penetración vaginal puede empujar el tejido a través de las paredes del órgano. El dolor que el sexo provoca hace que llegar al orgasmo no valga la pena.

8. Depresión

De acuerdo a la clínica Mayo, las enfermedades mentales pueden afectar de varias maneras el deseo sexual. La depresión afecta cada parte de tu vida, incluido el sexo. Una vida sexual activa puede ser útil para disminuir los síntomas de depresión en algunas personas, y sin embargo la misma enfermedad quita las ganas de participar en actividades, además de que la medicación tiene como efecto secundario una disminución en el deseo sexual. El sentimiento de frustración que deja la falta de vida sexual puede acentuar la depresión. Es difícil romper el ciclo.

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Si la depresión está interfiriendo con tu vida sexual, es importante tratar el problema mental primero y luego resolver los demás. No es recomendable dejar de tomar los medicamentos necesarios, aunque sí conviene consultar con el médico para que asesore un cambio de medicamento cuando no es el adecuado.

9. Ansiedad y otros trastornos mentales

Según Psychology Today, si bien la ansiedad relacionada a eventos puede aumentar el deseo sexual (actividades de riesgo controlado, como subirte en una montaña rusa o mirar una película de terror), la ansiedad crónica está generalmente vinculada a la falta de deseo sexual. Las distracciones mentales, como la preocupación, las obsesiones o el estado de alerta interfieren con la respuesta sexual.

En este sentido, no solo los trastornos de ansiedad son responsables de interferir con el deseo sexual, también los que la tienen por síntoma.

10. Anorgasmia

Es el término médico que define la dificultad (o imposibilidad) para alcanzar el orgasmo. La anorgasmia, que puede ser recurrente o de toda la vida, puede estar causada por falta de educación sexual o falta de conocimiento de los propios deseos sexuales (por ejemplo, la mayoría de las mujeres solo alcanza el orgasmo por estimulación clitoriana externa, y algunas pueden no saberlo). También puede ser causada por períodos en que la mujer se siente alejada o desconectada de su pareja sexual. O puede tener una razón biológica, como un clítoris muy pequeño y difícil de estimular físicamente.

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La dificultad para alcanzar el orgasmo puede ser una razón por la que varias mujeres inhiban sus deseos sexuales sin ser conscientes de ello.

Es importante saberlo

Cuando la falta de deseo sexual no interfiere con la calidad de vida o el bienestar de una mujer, no se considera un trastorno ni un problema: el sexo es una actividad que las personas disfrutan en grados diferentes.

Experimentar una disminución en el deseo sexual no tiene por qué ser grave: en la mayoría de los casos, es un resultado del relacionamiento de la mujer con sus deseos y con su pareja. Algunas veces la solución es mejorar la comunicación con la pareja o estar más abierta a los propios deseos.

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Original Author: Giulia Ebohon Original Author URL: https://www.vix.com/pt/users/giulia-ebohon
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