La mayoría de las mujeres nacen con un himen, una membrana fina que se extiende de forma transversal en la vagina. Generalmente, tiene una apariencia de anillo, con una apertura pequeña. No se sabe qué utilidad tiene, aunque se cree que puede haber evolucionado para proteger de infecciones.
Himen cerrado: conoce los síntomas y tratamiento de esta dolorosa condición vaginal


Se le llama, en algunas culturas, «tejido virginal», ya que antes se creía que el himen se rompería con la primera relación sexual vaginal. Hoy se sabe que el himen puede romperse en otras circunstancias (un accidente haciendo deportes), de acuerdo a Kotex. Incluso existe la posibilidad de nacer sin uno.

Himen imperforado, el himen cerrado
El himen suele tener una apertura en forma de dona o de luna creciente, de acuerdo a Healthline. En casos raros (1 en 1000), el himen puede no presentar abertura alguna: a esto se le llama himen imperforado.
Los síntomas de un himen con estas características suelen aparecer al comienzo de la pubertad, cuando se espera la primera menstruación. Estos signos pueden incluir dolor abdominal fuerte e hinchazón que van y vienen cada mes.

Estos incómodos síntomas se deben a la acumulación de sangre menstrual en la vagina. Esa sangre también puede ir de nuevo al útero e incluso traspasar hacia las trompas uterinas. Debido al fuerte dolor estomacal, las niñas pueden experimentar falta de apetito.
En casos graves, estos síntomas pueden coexistir con una micción dolorosa o inexistente, cuando la sangre acumulada ejerce presión contra la uretra e impide que el líquido evacúe la vejiga.
Los médicos pueden diagnosticar un problema en el himen si ven que hay amenorrea (la niña, visiblemente, nunca tuvo una primera menstruación) con otros caracteres sexuales secundarios en desarrollo (senos o vellos púbicos).

Tratamiento del himen imperforado
El tratamiento más común es una incisión en forma de equis en el himen, llamada himenotomía, para permitir el drenaje de líquido acumulado. Se realiza con un bisturí o láser y se utiliza anestesia leve. Algunos médicos cosen el tejido a las paredes vaginales para evitar que vuelva a cerrarse.
Después de la operación, los médicos pueden recetar antibióticos para prevenir una infección. Mientras la herida cura, se aconseja el uso de un dilatador, un dispositivo en forma de tampón, utilizado para mantener la apertura del himen mientras se cura.
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