Ellas vencieron al cáncer de mama y reman juntas para combatir las secuelas y llevar un mensaje de concientización sobre la enfermedad. Son las « Remeras Rosas» y su fuerza es admirable.
Estas mujeres descubrieron cómo mejorar su vida después del cáncer de mama

Hablamos con su fundadora, la psicopedagoga Lía del Prado, que nos contó su historia y nos explicó cómo surge este proyecto que desde 2013 ayuda a mujeres argentinas que superaron la enfermedad.
Del miedo a la acción
A Lía del Prado le diagnosticaron cáncer de mama en octubre de 2012. Sus primeras reacciones estuvieron cargadas de miedo y dolor, pero su doctora le dijo que debía mantenerse tranquila, ya que como se lo habían detectado a tiempo, las posibilidades de curarse eran altas. Siguió su consejo y mantuvo su mente en positivo.
En noviembre de ese mismo año entró al quirófano, y arrancó con quimioterapia y rayos.
A mitad del tratamiento, Federico Torrengo, un médico amigo suyo, la contactó con Adriana, una argentina que residía en Canadá, que era sobreviviente del cáncer de mama y que formaba parte de « Breast in a Boat», una iniciativa global que impulsa al remo como terapia para evitar posibles secuelas de la enfermedad.
¿Por qué el remo es bueno para superar el cáncer de mama?
«Breast in a Boat» es el primer equipo de sobrevivientes de cáncer de mama de Canadá. Nació en el año 1996 a raíz de un trabajo de investigación del doctor Donald C. McKenzie, de la Universidad de British Columbia.
El estudio médico-científico demuestra que el movimiento repetitivo de remo en «botes dragón» es beneficioso para toda la recuperación de la musculatura del torso superior. Además, reduce la posibilidad de desarrollar lifedema, deshincha los brazos (a la vez que fortalece los músculos) y sobretodo, es muy importante para la parte emocional.
Hoy hay 200 equipos de remo de mujeres que tuvieron cáncer de mama en el mundo.
El sueño de traer el remo a Argentina
Al principio me costaba pensar que podía llegar a armar algo similar acá, pero después empecé a buscar información, a mirar videos, a hablar con Adriana. Llevé la idea a la clínica que me estaba haciendo en ese momento el tratamiento, compartí los estudios con los médicos para que vieran los beneficios que traía, lo charlé con la psicooncóloga. Entre todos ellos me animaron y ayudaron mucho. Sumamente motivada, lo empecé a gestionar. Armé una página en Facebook y la psicooncóloga le fue comentando a sus pacientes que estaban terminando el tratamiento sobre esta idea y así nos fuimos contactando. En septiembre de 2013 tuvimos nuestro primer encuentro. Todas teníamos el pelo muy cortito y fuimos vestidas de color rosa, también llevamos globos rosas y la verdad fue un momento sumamente lindo y emocionante. A partir de allí, no paramos más, explica Lía.
Remeras Rosas
Su objetivo es claro: remar y generar concientizar sobre la importancia de identificar a tiempo las señales del cáncer de mama: « Mostrando qué nos pasó, queremos que muchas mujeres pierdan el miedo de ir a un control médico, ya que la detección temprana es fundamental para llegar a curar la enfermedad», explica Lía.
Pero también hay otro mensaje que queremos transmitir: sobre cómo es la vida después del cáncer de mama.
La vida después del cáncer es mucho más simple y linda. Disfruto de cada día como único e irrepetible y encaro una forma de vida mucho más positiva en torno a las relaciones sociales, a la familia y a uno mismo. Te abre la cabeza y te muestra muchas cosas hermosas a las cuales uno antes no les prestaba atención. Es todo mucho mejor y coincidimos casi todas en eso, en que nuestra vida cambió para mejor.
Por el momento, este grupo de mujeres reman en un kayak que en nada se parece a los botes «botes dragón» que propone la investigación por falta de recursos. Pero con ánimo, esperanza y mucha fuerza buscan juntar recursos a través de su Asociación Civil para adquirir el bote que necesitan.
Si querés colaborar con Remeras Rosas podés comunicarte con ellas a través de sus redes sociales.
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