Estas 7 cosas muestran por qué IR AL GIMNASIO es mucho mejor que tener una cita

¡Me convencí!

Como todas sabemos, estos tiempos no son fáciles para tener citas poco forzadas o construir relaciones serias.

Cada vez hay más aplicaciones dispuestas a ayudarnos a encontrar al príncipe a azul y mejores herramientas para estar en contacto con alguien, pero eso parece ser contraproducente ya que mantener una relación que no se vuelva tóxica o encontrar alguien que se comprometa parece cada vez más difícil.

De todas formas, hay alguien que nunca te va a decepcionar: el gimnasio.

Este no solía ser uno de mis lugares preferidos, hasta que aprendí a quererlo. Estarás de acuerdo conmigo en que las primeras veces se hace más cuesta arriba ir y encontramos cualquier excusa válida para dejar pasar otro día más sin hacerlo.

Pero, una vez que incorporas este hábito a tu vida diaria, resulta mucho más fácil de lo que crees y sus ventajas son infinitas, ¡muchas más de las que puede tener una cita incómoda!

#1 El gimnasio nunca te juzgará

Siempre que sales con alguien que no conoces demasiado, tienes ese miedo a estar siendo juzgada de manera constante. Te cuidas de no decir esto o aquello y terminas mostrando una persona que en realidad no eres.

En cambio, el gimnasio no pide opiniones, es un lugar donde puedes ser tú misma, a tu propio ritmo sin tener que dar explicaciones.

#2 El gimnasio nunca cancela a último minuto

¿Cuántas veces las mujeres reciben mensajes de último momento porque ocurrió ''una complicación''? Terminemos con esas excusas inexistentes y reemplacémoslas por unos abs irresistibles, ya que ellos estarán disponibles en cualquier momento del día para recordarnos lo duro que hemos trabajado y reconfortarnos.

#3 El gimnasio es el lugar donde verás a los hombres más atractivos

Es probable que hasta ahora creyeras que el mejor lugar para encontrar pareja era los bares, pero ¿has intentado buscar en el gimnasio? Estarás rodeada de hombres que se preocupan por su bienestar y se cuidan mucho. ¡Este es un gran comienzo!

#4 Tú decides cuándo ir, hasta cuándo y qué sucede allí

El gimnasio no te obligará a soportar una larga conversación sobre política o economía.

No existe peor tortura para una mujer que planificar su día en torno a una cita. Pero cuando se trata de ir al gimnasio, no hay nadie que esté esperando allí por ti, si no tienes ganas de ir, no irás y si llegas pero quieres irte a los 5 minutos también tienes esa libertad.

#5 El gimnasio no demanda 5 horas de preparación previa

Cuando decides ir al gimnasio, no tardas más de 10 minutos en prepararte, o tal vez 15 si no encuentras tus zapatillas de correr. Pero para cada cita en la que gastas energías, también necesitas al menos 2 horas previas para desfilar innumerables veces delante el espejo y quejarte sobre cada prenda que te pruebas, hasta que no tienes otra opción que vestir lo ''menos malo''.

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#6 Nada te pondrá de mejor humor que el gimnasio

Las posibilidades de que una cita te deje de mejor humor que una ida al gimnasio existen, pero son igual de bajas que las probabilidades de que ese hombre sea el amor de tu vida (seamos realistas).

Por su parte, los beneficios de hacer ejercicio son más que físicos, volverás con la mente más tranquila y al liberar endorfinas te sentirás como nueva.

#7 Nada te hará esforzarte más que el gimnasio

Una vez que te comprometes con este lugar, se convierte en un templo y cada vez te exiges más y más, pero lo disfrutas y también te pone muy orgullosa ver los increíbles resultados que has logrado. Ese cuerpo sano merece mucha más atención que el chico que canceló 3 veces y sigue apareciendo.

Una cita debe ser demasiado fabulosa como para poder superar la combinación de ir a un lugar que nos desafía y nos permite explorar nuestras capacidades físicas, crecer y ¡conocer hombres que se preocupan por su bienestar!

No me malinterpretes, conocer a alguien y enamorarse es uno de los mayores regalos de esta vida. Pero, claro, no suele ser fácil y, en la mayoría de los casos terminamos perdiendo nuestro tiempo con personas que no valen la pena. En estos casos, ¿por qué no mejor vas al gimnasio?

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