En pleno ciclo depresivo lo cierto es que uno en lo que menos piensa es en hacer cosas. El círculo gira con tanta fuerza hacia abajo que termina haciendo que todo pese, y cualquier tipo de exigencia se nos aparece como un agente que puede empeorar severamente las cosas. Sin embargo, las evidencias científicas prueban lo contrario.
Ejercicio para la depresión: Nuevas evidencias

En VivirSalud hemos hecho alusión en una o dos ocasiones a la importancia que tiene el hecho de ejercitarse para combatir la depresión. Esto no es una percepción personal, pues esta vez encontramos nuevas evidencias de que la dinámica del ejercicio actúa efectivamente de esta manera, y las noticias provienen nada menos que de la Universidad de Michigan.
Esta institución trabajó con mujeres no deprimidas y con mujeres deprimidas, haciendo caminar a las últimas durante treinta minutos dos veces por semana a lo largo de tres semanas. Los resultados evidenciaron una significativa reducción del sentimiento de depresión en las mujeres que se ejercitaron, algo que no ocurrió con las que no hicieron ejercicios.
La lógica es simple y conocida: el ejercicio nos permite lidiar con el estrés, el insomnio y la ansiedad sólo por llevarlo a cabo. Pero además de ello, hacer ejercicio hace que liberemos endorfinas, químicos que nos hacen sentir bien y actúan calmando el dolor del cuerpo y el efecto devastador de la tristeza.
Obviamente, la depresión es delicada y de ella no se sale así como así. Procura imponerte poco a poco una rutina respetando tus tiempos. Por ejemplo, si no eres de levantarte temprano no te impongas hacer ejercicio de mañana, pues te frustrarás. Ve de a poco, el camino se delineará solito.








