Cada vez son más las madres que rechazan el uso de la epidural en beneficio de un parto más natural. Al igual que ellas, también tú puedes decantarte por una solución alternativa para dar a luz a tu hijo. Veamos una serie de consejos para preparar la llegada del bebé.
Cómo tratar los dolores de parto con medicina alternativa

La preparación
Al igual que los deportistas antes de la competición, conviene prepararse con varias semanas por adelantado al parto, con el fin de ir más serena ese día. Puedes buscar ayuda en un sofrólogo y una matrona especializada en partos fisiológicos. Ambos sabrán encontrar las palabras adecuadas para ayudarte a controlar el dolor. Si puedes, debes elegir una maternidad que favorezca los nacimientos naturales.
Asistir igualmente a los cursos de preparación al parto puede ser una buena idea. Finalmente, debes pedir ayuda a tu pareja: su papel será muy importante el día del parto. La pareja puede darte un masaje, ayudarte a distenderte y a respirar para reducir los dolores de las contracciones.
Remedios alternativos
Las medicinas alternativas como la homeopatía, la acupuntura, pero también el yoga o la hipnosis permiten dar a luz sin epidural y sin dolor. No dudes en echarle un ojo a los libros especializados y leer los testimonios de otras madres en diferentes foros. Por otro lado, el método Bonaface permite reducir el dolor del parto, reducir las intervenciones médicas y concederle el lugar oportuno al padre. Esta preparación tiene también por objetivo eliminar el estrés con el fin de estar lo más tranquila posible en el momento del parto.
Permanecer en casa lo máximo posible
El día del parto, no te precipites con acudir a la maternidad. En la maternidad, la monitorización impide cualquier tipo de movimiento y puede que no te sientas completamente a gusto en una habitación que no es la tuya. Lo mejor es quedarse en casa en un primer momento: esto te permite determinar si estás a punto de dar a luz o si se trata de una falsa alarma.

En casa puedes darte un baño caliente con una luz tamizada con el fin de relajarte, puedes caminar un poco o colocarte en la posición que más te convenga. También puedes poner música o ver la televisión para ayudarte a tener más paciencia. Luego, cuando llegue el momento, puedes dirigirte finalmente a la clínica.
Mostrar confianza
El parto es un acontecimiento natural que tiene lugar desde la noche de los tiempos. El cuerpo está programado para ello. Cuanto más te resistas al dolor, mayor será la crispación y el parto se vivirá con más dificultad. Por el contrario, si te relajas y dejas que el cuerpo se ocupe de todo, el dolor se irá como una ola.
Relajar la presión
Puedes ponerte a cantar, en cuatro patas o incluso gritar si eso te relaja. También puedes caminar con algo de música, utilizar una pelota o una bolsa de agua caliente. Si tienes necesidad, exige silencio y metete en tu burbuja. Finalmente, si el dolor no es soportable, conviene saber que puedes cambiar de opinión en el último momento y pedir que te pongan la epidural. Es inútil hacerse la fuerte y cargar con una culpa inútil. Solo la llegada del bebé es importante.
Y para las que siguen con la idea de parir sin epidural, no olvides que el dolor se olvida enseguida. En cuanto te pongan el bebé sobre el vientre, el parto tan solo será un vago recuerdo.
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