Ya sea por el ritmo de vida agitado o por mera costumbre, muchas personas no prestan la debida atención a la alimentación. Cuando uno mira hacia atrás puede ver, quizás, que estuvo ingiriendo comidas no tan saludables o incluso perjudiciales para el organismo a lo largo de mucho tiempo.
5 reglas fáciles para comer «clean»

En general, se puede notarlo en el cuerpo que empieza a sentirse pesado, lento, con un mal metabolismo y muy poca energía disponible. En este sentido, el comer «clean» surge como una alternativa. Este tipo de alimentación se basa, en pocas palabras, en disminuir la cantidad de alimentos procesados y optar por alimentos frescos.
Parece todo un desafío, ¿verdad? Pues con estas 5 reglas sencillas es mucho más fácil de lo que imaginas. Descúbrelas a continuación.
1. Elige alimentos no procesados

Esto no implica que tengas que comer únicamente alimentos crudos. Se trata, en todo caso, de ingerir frutas y vegetales que provengan de productores locales (si son orgánicos, mejor) en vez de comprar los que se producen de manera industrial.
Si te encuentras en la obligación de consumir comida de paquete, deberías asegurarte de que sea «comida de verdad»; es decir, ingredientes que reconozcas y no puramente químicos. De esta manera, te aseguras de poder incorporar todos los nutrientes que tu organismo precisa y de evitar sustancias dañinas como conservantes, aditivos y pesticidas.
2. Simplifica tus comidas
Un plato delicioso no tiene por qué contar con decenas de ingredientes. Minimiza la cantidad que utilizas para cada comida y asegúrate de incluir granos enteros, proteínas y grasas saludables. Por ejemplo, una porción de vegetales con arroz integral y hamburguesas de lentejas no requiere demasiada elaboración, es saludable y a la vez muy sabroso.
3. Come más lento

La forma en que ingerimos los alimentos también impacta sobre nuestra salud. Existen formas interesantes de practicar mindfulness al comer que también ayudan a conformar una alimentación «clean».
4. Respeta ciertos horarios
No dejes pasar más de 4 horas entre una comida y otra ya que esto fomenta la ingesta desmedida de alimentos no tan saludables. De esta manera será mucho más fácil para tu organismo mantener en equilibrio los niveles de azúcar en la sangre, además de regular tu apetito.
5. Escucha tu cuerpo

Cuando tengas hambre, come y cuando no tengas hambre, no comas. Así de sencillo debería ser nuestro accionar respecto de la alimentación. Sin embargo, en ocasiones terminamos comiendo cuando ni siquiera hace falta o dejando de comer cuando realmente hay necesidad. Presta atención a las señales que te envía tu organismo que serán siempre la mejor guía.
Una alimentación que incluya productos orgánicos, integrales y frescos (y una menor cantidad de comidas procesadas) te ayudará a mejorar la salud y el bienestar general sin tener que gastar demasiado ni hacer malabares en la cocina.
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