Lifestyle

10 malos hábitos alimenticios típicos de los argentinos

Que lo green, lo light, lo sano y lo natural están de moda en los platos porteños es innegable, pero también es cierto que todavía conservamos muchas malas costumbres a la hora de comer. Tal vez sea porque tenemos poco tiempo para cocinar, por pasar muchas horas fuera de casa, porque nos da fiaca y siempre es una mejor opción llamar al delivery o porque creemos en la magia de la palabra light. Lo cierto es que siempre hay una buena excusa para comer mal.

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iMujer consultó con la Licenciada en nutrición Mariana Acebal, del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna para aprender cuáles son los malos hábitos alimenticios de los argentinos que deberíamos eliminar. ¿Con cuáles te sentís identificada?

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#10 Saltear el desayuno

Según la experta este es uno de los errores más habituales. No desayunar o consumir un desayuno "nutricionalmente pobre" ocasiona sensación de cansancio, cefalea o menor rendimiento y capacidad de atención durante el día. Además, genera que piquemos durante la mañana harinas, galletitas, facturas, bizcochitos, entre otros alimentos que tienen alto contenido de grasas y/o azúcares.

Un buen desayuno debería incluir leche, yogurt descremado o quesos, cereales o derivados (copos para desayuno o avena, pan integral) y frutas o jugos.

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#9 Picotear durante el día y comer mucho en la cena

Cuando estamos muchas horas afuera de casa es muy común que nos pongamos a picotear y no comamos bien, lo que hace que a la hora de la cena nos ataque el hambre que acumulamos durante el día y nos descontrolemos al comer.

Para que esto no suceda es importante respetar las 4 comidas del día: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Y dependiendo de la actividad de cada uno, a veces es conveniente agregar alguna colación extra. ¡Decile NO al picoteo!

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#8 No comer suficientes hortalizas y frutas

Las hortalizas y frutas frescas son fuente de vitaminas, antioxidantes, ácido fólico, minerales, fibra y fitoquímicos (sustancias que nos protegen contra enfermedades).

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Lo recomendable es consumir como mínimo 5 porciones de hortalizas y frutas variadas por día para prevenir enfermedades crónicas como el cáncer, la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial y los problemas cardíacos, el colesterol alto en sangre, la osteoporosis, el estreñimiento y la diverticulosis. Si consumimos uno o dos tipos no es suficiente, lo ideal es incluir de todos los colores.

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#7 Consumir poco o nada de pescado

Los argentinos no estamos acostumbrados a consumir tanto pescado, tal vez por una cuestión cultural o por el precio en comparación a lo poco que rinde. Tenemos también la mala costumbre a la hora de comer es creer que el pescado se puede preparar solamente rebozado o frito.

Los pescados y frutos de mar aportan nutrientes beneficiosos para la salud como vitaminas, hierro, selenio y zinc, entre otros. Se aconseja consumir como mínimo 2 veces por semana una porción mediana y se lo puede consumir fresco al horno, parrilla, plancha, al vapor o enlatado preferentemente al natural. ¡Incorporalo!

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#6 Dejar de consumir lácteos después de la adolescencia

Un gran error alimenticio es dejar de consumir lácteos después de los 20 años. Esto se da por creer que el calcio que nos dan ya no lo necesitamos para el mantenimiento del sistema óseo. ¡Error! 

Para cubrir el requerimiento de calcio diario hay que ingerir entre 3 y 4 porciones diarias: una o 2 tazas de leche (descremada), un vaso de yogur (descremado), algo de queso blanco untable (bajo en grasas) y una porción de queso fresco magro. Con una ración de este tipo podés prevenir enfermedades óseas como la osteoroporosis y reducir el riesgo de hipertensión arterial.

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#5 Comer pocas legumbres o consumirlas solamente en invierno

Los argentinos estamos acostumbrados a consumir legumbres sólo en invierno cuando comemos guisos o cazuelas o ni las incluimos en nuestra alimentación.

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Pero desde el punto de vista nutricional son una buena fuente de proteínas, tienen grasas vegetales beneficiosas, fibra, vitaminas y minerales. Así que ya sabés, incorporalas durante todo el año y no sólo con el frío. 


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#4 Consumir muchos hidratos de carbono simples

Existen 2 tipos de hidratos de carbono: los simples (azúcares) y los complejos (almidones). Un poco más de la mitad de nuestra alimentación debería estar compuesta por hidratos de carbono y, de este total, sólo un 10%, por azúcares y dulces. Sin embargo en nuestro país ocurre lo contrario y comemos muchos más simples que complejos.

Entre estos últimos están los cereales y derivados, las legumbres, la papa, la batata, el choclo, frutas secas y semillas. Ya sabés, balanceá y decile NO a las golosinas. 

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#3 Comer por ansiedad o por aburrimiento

¿Cuántas veces te encontras picoteando algo por estar aburrida? Es indispensable que diferenciemos la sensación de hambre de la sensación de ansiedad o aburrimiento.

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Para evitar comer en estos momentos la experta nos recomienda tomar 1 vaso grande de agua, realizar actividad física en las horas libres, salir a caminar con una amiga, leer un libro o algo que evite que abrir la heladera sea la mejor opción.


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#2 El alto consumo de sal

Este hábito está, lamentablemente, muy arraigado en muchos de nosotros. Los argentinos salamos la comida antes de probarla y el salero nunca falta en nuestras mesas. El exceso de sal incrementa el riesgo de padecer hipertensión arterial, enfermedad cardíaca y accidente cerebro vascular (ACV).

La clave está en moderar su uso y en utilizar estrategias para reducir su consumo como el uso de especias, hierbas aromáticas, ajo, pimienta, cebolla, vinagre, aceto balsámico y jugo de limón.


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#1 Creer que los productos light te hacen bajar de peso

La única manera de bajar de peso es tener una dieta saludable, ordenada y que incluya porciones moderadas. Los argentinos creemos que porque es light no engorda y solemos consumirlos en cantidades excesivas. Leer bien la etiqueta de los productos light es fundamental para saber cuántas calorías tienen: ¡No te creas todo lo que es verde! 

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Los argentinos tenemos muchas malas costumbres alimenticias. Identificalas primero para poder cambiarlas después. ¿Cuáles son las tuyas?

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