Descubre tu tipo de desorden en el hogar y cómo controlarlo
¿Sabías que hay diferentes tipos de desorden? La buena noticia es que, cuando logras identificar tu tipo de desorden, resulta más fácil saber qué medidas tomar para que las cosas no se salgan de control. Para ayudarte, te damos una guía para que descubras tu tipo de desorden en el hogar y cómo controlarlo.
1. Desorden situacional
La causa fundamental del desorden situacional es, justamente, una situación imprevista que hace que tu vida quede patas para arriba y te lleva al caos. Desde nuevos proyectos en el trabajo hasta problemas familiares, enfermedades y separaciones, todas esas situaciones imprevistas llevan a que en tu vida reine el desorden… temporalmente.
Y esa es justamente la clave para relajarte y empezar a ver las cosas con otros ojos: darte cuenta que se trata de algo temporal, que aunque quizás no sepas cuándo o cómo terminará dicha situación, sabes que con el tiempo las cosas cambiarán. Al reconocer la variedad de razones que han contribuido a tu desorden actual, puedes tenerte más paciencia y encarar la situación de otra manera.
2. Desorden social
El desorden social surge cuando el ambiente que te rodea te influencia de forma que haces del desorden una forma de vida. Un ejemplo de esto es la cultura consumista que nos rodea, que siempre nos está alentando a acumular más y más cosas. El problema surge cuando ya no tienes dónde y cómo integrar en tu vida esas cosas.
Analizar tus espacios y las cosas que tienes de forma objetiva te ayudará a vencer el desorden social, además de que necesitarás prepararte para evitar el consumo compulsivo en el futuro, ya que este genera más desorden.
3. Desorden habitual
El desorden habitual es un desorden temporal que en algún momento se convirtió en un hábito (un mal hábito, por cierto), y que te acompaña desde entonces en tu vida. Algunos ejemplos claros de malos hábitos organizativos en el hogar son dejar los platos en el fregadero en lugar de ponerlos en el lavavajilla, u ocultar en un cajón los papeles que se apilan en la oficina en casa.
La buena noticia es que el desorden habitual no es una maldición con la que tienes que cargar el resto de tu vida. La forma de cambiar esos malos hábitos es observar tu vida como un espectador y descubrir cuáles son los patrones y actitudes que no contribuyen a llevar una vida más organizada. Una vez que los reconoces es más fácil lidiar con ellos y eliminarlos.
4. Desorden histórico
Cuando ni siquiera te acuerdas desde cuándo eres desordenada, entonces estamos ante el tipo de desorden histórico, y probablemente se trate de algo que viene desde tu más tierna infancia, condicionado por el ambiente en el que te criaste.
Sea cual sea tu experiencia relacionada con el desorden – ya sea que hayas crecido en un sitio donde el orden era muy estricto, o donde todo era un caos – es probable que tus hábitos actuales sean una respuesta a esa experiencia en tu vida adulta. Conocer tu experiencia pasada te ayudará a descubrir cuáles son tus sentimientos acerca de la organización, y cómo puedes trabajar sobre esos sentimientos para modificar tu patrón actual de desorden.
5. Desorden crónico
El desorden crónico es cuando el caos reinante nos debilita y paraliza para actuar en diferentes esferas de nuestra vida personal. Si alguna vez te has preguntado por qué ninguno de tus esfuerzos para organizarte ha tenido éxito, podrías pertenecer a esta categoría.
El desorden crónico probablemente se manifiesta en la casa o en el trabajo (o ambos), y hace que la persona que lo sufre se sienta impotente para superar su desorganización. De hecho, las personas con desorden crónico requieren servicios especializados, ya que es poco probable que pueda salir de la situación por sí misma.
Si crees que caes en esta categoría, lo mejor es hablar con un psicólogo o terapeuta y plantearle tu situación, para que te aconsejen acerca de cómo enfrentarlo o te deriven a un especialista o grupo de apoyo.
¿A cuál de estas categorías crees que pertenece tu tipo de desorden? Para que puedas empezar a trabajar en ello, te recomendamos aplicar estos 5 tips para mantener siempre ordenada tu sala de estar.