«¿Qué yo veo qué? No, para nada. En esta casa la tele se enciende solo para disfrutar de Mad Men, Breaking Bad, Game of Thrones y las repeticiones de Los Soprano. ¿Cómo osas insultarme de esa manera?». Sí, sí, di lo que quieras. Sin tener cámaras ocultas en tu casa (¿quién dice que no las tenemos?), sabemos exactamente cuáles son esas series de televisión que miras cuando crees que nadie te ve.
¿Placeres culposos? Series que no te atreves a decir que te ENCANTAN

Oye, aquí no juzgamos a nadie. Comprendemos que las tramas, aunque tontas y rebuscadas, resultan adictivas y una vez te enganchas, no puedes dejar de mirar hasta que sepas quién es el verdadero padre del protagonista, o qué mal ataca a ese personaje del futuro. Conocemos tus placeres culposos y, ¿sabes? ¡También son los nuestros! ( *nota de la redactora*: son gustos de mis editores, yo sí veo series buenas…)
Gossip Girl
XOXO, Gossip Girl.
¿Quién puede resistirse a eso? Seamos honestos, esta serie es todo un clásico de adolescentes; la vida de jovencitos ricos y muy bien vestidos, que nunca llegamos a tener y que, además, es acechada por una chica muy bien informada.
¿Quién es Gossip Girl? ¿Por qué Serena es una apestada en la escuela? Triángulos amorosos, sexo y MUCHO dinero. El sueño americano.
Grey’s Anatomy
La serie que estableció a Shonda Rhimes como una de las reinas de la televisión. Se presentó como un drama que seguía las vidas amorosas de Meredith, Cristina, Izzie, Alex y George (todos médicos), pero ahora ha evolucionado en algo que no sabemos muy bien qué es.
Siempre ocurre una desgracia, siempre mueren personajes importantes, siempre ocurre un drama exagerado que nunca has visto en la vida real. Es la relación tóxica más larga que jamás hemos tenido. ¿Cómo despegarse de ella?
Party of Five
Tras la trágica muerte de sus padres, los hermanos Salinger intentan retomar su vida y comprender sus nuevas responsabilidades. Este drama noventero estuvo en el ruedo durante seis temporadas en las que ocurrió todo lo que te puedes imaginar a una familia.
Dejar de ver la serie nunca fue una opción. Era imposible despegarse de la pantalla sin saber cómo se resolvía el nuevo conflicto.
Beverly Hills, 90210
Brandon y Brenda son dos hermanos gemelos que se mudan desde una ciudad pequeña a Los Angeles. Allí intentan comprender la dinámica de su nueva vida, rodeada de lujos, mucho dinero, ropa preciosa y cara y claro, mucho drama.
Por si fuera poco, también hubo problemas en el set, lo que hizo de este, uno de los placeres culposos por excelencia. Por cierto: Donna Martin graduates!
Charmed
Tres hermanas descubren que son brujas y deben aprender a manejar sus poderes y convivir con sus diferencias. La premisa de este show de Aaron Spelling funcionó, aunque las tramas solían ser un tanto tontas.
El problema fue el paso del tiempo: durante ocho temporadas vimos demonios y más demonios, la misma historia una y otra vez y un ciclo que parecía nunca acabar, pero del que no pudimos escapar.
Glee
Ryan Murphy en un maestro de la televisión, pero Glee no es su obra más insigne. Sí, las canciones se colaron en nuestra mente (no todas, claro), pero la historia estuvo llena de sinsentidos e historias que parecían no tener resolución. Aún así, era imposible dejar de ver a la insoportable Rachel y al resto del grupo en sus intentos de estar en los escenarios.
¿Ves que te leemos la mente? Cuéntanos qué otros placeres culposos no puedes dejar de mirar en la televisión.
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