Game of Thrones T7/E1 reseña: «¿Comenzamos?»

La temporada 7 de Game of Thrones llegó un poco más tarde de lo habitual, más de un año después del final de temporada anterior, para retomar apenas algunas de las historias y los personajes que en el lapso de los últimos episodios habían vivido triunfos, derrotas, viajes o cambios decisivos y ahora nos obligaron a esforzar la memoria o agilizar las búsquedas de Google para recordar sus circunstancias, dónde los habíamos dejado y qué había ocurrido.

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El Norte recuerda, pero la audiencia no tanto.

Sorteado este obstáculo, el episodio titulado “ Dragonstone” en honor al hogar al que regresa Daenerys Targaryen sobre el final (y a un crucial yacimiento de vidriagón), se alzó como una hora sólida de Game of Thrones, que se tomó el tiempo suficiente para recordarnos, por momentos, por qué nos resulta tan atrapante la serie y explotar la consabida fascinación que despiertan algunos personajes y su misión, y por otros ir acomodando las piezas para el inminente desenlace.

Un inminente desenlace que, siendo GoT, tendrá inevitablemente su costado violento, trágico y oscuro, de modo que resulta todavía más intrigante este episodio estreno de la séptima temporada, cargado con momentos livianos, humorísticos y hasta mensajes esperanzadores y casi que optimistas.

El Norte recuerda

Imagen HBO

La primera escena del episodio, levemente confusa al principio pero gradualmente épica a medida que vamos descubriendo lo que realmente está ocurriendo, es representativa de uno de los principales cambios en el juego de poder de los Siete Reinos: el resurgimiento de las esperanzas para los Starks y para el Norte, cuyo primer gran giro fue el triunfo de Jon Snow en la Batalla de los Bastardos y su consolidación como líder.

Arya Stark, siguiendo con su brutal cruzada vengativa, para la que cuenta con un truco verdaderamente infalible, menciona las palabras inevitables, «el Norte recuerda».

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Poco después, dejando momentáneamente de lado ese afán homicida y de venganza que la ha guiado, y que ha sido su propósito vital desde hace mucho tiempo, Arya cruzó su camino con un grupo de soldados de los Lannisters pero más preocupados por regresar a sus casas y sus familias que por su fidelidad a ese estandarte.

La escena no solamente tuvo uno de los cameos más peculiares de la serie ( Ed Sheeran) sino que es, para variar, bastante alegre y divertida.

Por primera vez en mucho tiempo, vimos a Arya reír, lo cual no es poco. Las carcajadas vinieron después de que le preguntaran a qué iba a Desembarco del Rey. «A matar a la reina». Claro que está que no lo dijo con intenciones humorísticas.

Jon y (vs.) Sansa

Imagen HBO

Parte del mismo fenómeno del ingreso del Norte al juego de poder, acompañando el liderazgo consolidado de Jon Snow, la conformación de un bloque en el Norte bajo su mando y a Arya Stark convertida en una implacable asesina, es la renovada confianza, seguridad y severidad de Sansa Stark.

De repente Sansa se ha convertido en uno de los personajes más interesantes de Game of Thrones.

Una evolución que se viene dando desde hace tiempo, naturalmente, pero que ahora ha llegado a un nuevo nivel, gracias a la superación definitiva de los sometimientos abusivos de salvajes como Joffrey y Ramsay, y también al sometimiento un poco más sutil y manipulador de Littlefinger, experiencias de la que Sansa finalmente ha aprendido y ha decidido utilizar a su favor.

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«Aprendí mucho de ella» dijo además de Cersei Lannister, una de las líneas más sorprendentes pero creíbles del episodio.

Su diferencia de opinión con Jon acerca de cómo tratar a los herederos de las casas que traicionaron a los Stark y lucharon por los Bolton evidencia una dinámica intrigante entre los medio hermanos (primos, en realidad).

Jon Snow optó por el camino más noble y humano, y luego le recriminó a Sansa haberlo desautorizado en público, y tiene razón en todo esto.

Pero se podría decir que también Sansa tiene razón, al considerar que «debe ser más inteligente» que Ned Stark y que su hermano Robb, ambos brutalmente asesinados por elegir siempre el camino honorable y correcto. Aunque cuando Sansa dice «ser más inteligente» en realidad quiere decir algo como «ser más brutal y vengativo».

Una lección que Arya ya aprendió por su parte, pero que para los herederos masculinos de Ned Stark parece una cruz difícil de soltar.

Con todo esto, alguien debería advertir a Littlefinger: ve con cuidado con Sansa.

Ver también:  Game of Thrones: ¿cómo afectará a Sansa Stark la sed de venganza?

Reina de los Siete reinos (a lo sumo tres)

Imagen HBO

Cersei Lannister siempre encuentra una manera de eliminar a su enemigo dice Sansa, lo cual es parcialmente cierto pero se relaciona con algo que dijo Arya en su monólogo como Walder Frey al comienzo. Con su fuego valyrio no eliminó a todos sus enemigos. De hecho se ganó más. E incluso también la desconfianza de su hermano y amante, que no sabe si temerle o no.

Con enemigos en los cuatro puntos cardinales, los Lannister necesitan desesperadamente aliados.

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Desafortunadamente, su única opción por el momento es el muy poco confiable pero definitivamente confiado Euron Greyjoy, que llegó a Desembarco del Rey con una propuesta de matrimonio acompañada de otras ofertas (una inmensa flota, dos manos en perfecto funcionamiento) y se fue con la promesa de volver con un gran regalo para convencer a Cersei.

Derecho de piso

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No es fácil el camino para convertirse en maestre, y Sam Tarly lo ha comprobado.

En un montaje tan divertido como repugnante, que casi parece salido de una comedia de enredos, nos adentramos en las desagradables tareas cotidianas que debe realizar Sam en la Ciudadela, antes de poder ocuparse de lo que realmente le interesa: los libros, e información sobre la amenaza de los Caminantes.

Un maestre interpretado por Jim Broadbent fue el encargado de negarle nuevamente el permiso a acceder a la parte restringida de la biblioteca, pero también tratando de darle tranquilidad y echar por tierra sus temores con un mensaje esperanzador: siempre en la historia, cuando ocurren acontecimientos graves o amenazantes, la gente cree que será el fin del mundo. Sucedió durante la Larga Noche y durante la Rebelión de Robert Baratheon.

Pero ninguno de ellos fue el fin del mundo. El Muro permaneció y todo invierno eventualmente terminó.

¿Será esta vez igual?

El mensaje del fuego

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Tal vez no, a juzgar por la visión que Sandor “el perro” Clegane obtuvo del fuego, al que se enfrentó finalmente después de años de terror por su lejana experiencia traumática.

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Su paso por una suerte de comunidad hippie espiritualista y pacifista ( que tuvo un violentísimo final) y su reciente experiencia religiosa, sin dudas han cambiado un poco a Sandor y han apagado algo de su habitual cinismo y escepticismo, dándole, como suele suceder con las experiencias religiosas, un inédito sentimiento de culpa.

¿Quién imaginaría que sería el tipo de persona que se levanta en medio de la noche a enterrar a un hombre y su hija que murieron de hambre  por su culpa (los robó en un episodio de la cuarta temporada, cuando pasaron por allí con Arya)?

Dragonstone

Imagen HBO

La llegada de Daenerys Targaryen y su séquito a Dragonstone está marcada primero por un componente emocional: su regreso al hogar, al lugar donde nació y a la Casa Ancestral de los Targaryen en Westeros.

Daenerys no pronuncia palabra alguna. Desciende, toca el suelo y se abren para ellas las majestuosas puertas.

Dentro del castillo, abandonado tras el infortunio de Stannis Baratheon, hay un mapa de los Siete Reinos, el segundo del episodio, el que Daenerys no pisotea como Cersei, sino que pasea su mano suavemente por encima y, rompiendo el clima de silencio y retrospección que habitaba la sala, pone manos a la obra: «¿Comenzamos?».

Una pregunta también semi dirigida a la audiencia, como una advertencia para que estemos preparados.

Y lo estamos.