La trilogía A todos los chicos que me enamoré llegó a su fin este mes de febrero. A lo largo de estos tres años, la relación entre Lara Jean y Peter Kavinsky tuvo altas y bajas, en las que no solo los protagonistas aprendieron sobre el amor, también los espectadores.
'A todos los chicos de los que me enamoré': 5 lecciones de amor que nos dejó la trilogía


A continuación te compartimos una lista de las mejores lecciones románticas que nos dejó esta saga inspirada en los libros de Jenny Han.
#1 Atreverse a dar el primer paso
Aunque Lara Jean no fue quien envió las cartas, su hermanita lo hizo con las mejores intenciones. El inicio de esta historia de amor se dio gracias a que Peter conoció de primera mano los sentimientos de Lara.
Un amor platónico no pasará de ser una fantasía si no existe la iniciativa de confesarlo. Inclusive si al final no se es correspondido, al menos eso ayudará a no estancarse fantaseando con una persona.

#2 La comunicación es fundamental en una relación
A todos los chicos de los que me enamoré hace un gran hincapié en el tema de la comunicación en la pareja. En las tres películas existieron ciertos problemas, debido a que Lara y Peter no eran del todo honestos entre ellos.

Como espectador, es desesperante ver que ellos no explican bien cómo se sienten y eso dificulta la evolución de la relación. Afortunadamente, los protagonistas lo entienden y deciden aclararlo para darle un final feliz a su historia.
Estos problemas también están presentes en la vida real, y aunque suene obvio que la comunicación es importante, muchas veces resulta más fácil callar los problemas o dudas en lugar de afrontarlos. Sin embargo esto provoca que la frustración se acumule y arruine la relación.

#3 Nunca subestimar a la familia
Para Lara Jean, uno de los valores más importantes es la familia. Esto la llevó a una de las peores encrucijadas: en la primera película, ella estaba enamorada de Josh, el ex novio de su hermana mayor.
La protagonista sabía que eso estaba prohibido, pues la relación con su hermana es más importante que cualquier chico.

Por otra parte, la hermana pequeña se preocupaba de que Lara se quede estancada en amores ficticios, pues sabe que tiene todo para ser la mejor novia y vivir un gran romance.

Además, la saga nos muestra una familia poco común, en la que el papá cuida por sí solo de sus hijas cuando la mamá de las chicas muere.
En este sentido, hay muchas veces en que el padre se lamenta de no tener una perspectiva femenina para apoyar a sus hijas con ciertos problemas, pero se esfuerza lo mejor que puede.

#4 Nunca es malo pedir ayuda
Lara Jean es un personaje inteligente y fuerte; sin embargo, para a cualquiera se le puede escapar de las manos una situación. Más aún cuando es es joven e inexperto, es por ello que en cada película hay una ayudadita extra para solucionar la problemática.
Un ejemplo de ello es cuando fue el escándalo del video en el jacuzzi y su hermana le ayudó a reportarlo en redes sociales. Además, a lo largo de la trilogía Lara y Peter recibieron consejos amorosos de sus amigos y familia, con el fin de mejorar su relación.

#5 El amor nunca condiciona
La última parte de la trilogía tiene un gran cierre, pues nos muestra una nueva etapa de la vida de los protagonistas y nos regala la mejor lección: el amor nunca debe condicionar el crecimiento individual.

Las decisiones de vida cruciales no deben estar condicionadas por la opinión o planes de la pareja. El chiste es ayudarse a crecer mutuamente y saber planificar, para que la relación no salga dañada por tener metas distintas.
Justo como lo hicieron Lara y Peter para la elección de universidades. La carta de Peter lo deja muy en claro:
«No quiero detenerte. Quiero estar a tu lado. No siempre será fácil, pero quiero hacer lo necesario para que esto funcione, porque eso haces cuando amas a alguien».

¿Qué te pareció esta saga romántica? ¿Te gustaría que hubiera una cuarta entrega para saber qué pasó con la relación de Lara Jean y Peter?
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