¿Y si comemos en Chipre?

Hablemos de Chipre, esa isla situada en el Mar Mediterráneo, a 113 km al sur de Turquía y 120 km al oeste de Siria. Hablemos de Chipre y su gastronomía. Esa isla europea, con influencias turcas y griegas, plasma en sus platillos tradicionales una perfecta fusión de oriente y occidente.

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El primer rasgo característico de su gastronomía, es el mezze, que aunque comunes en toda la cuenca oriental del Mediterráneo, adquieren en Chipre un virtuosismo particular.

El mezze es una selección muy variada de aperitivos que suelen servirse acompañados de una bebida alcohólica, como el rakı en Turquía o el ouzo en Grecia. En Chipre estos aperitivos, consisten en una gran variedad de preparaciones: ensaladas, tarama, paté de huevas de pescado, hummus, tehina (una crema de garbanzos aromatizada con pasta de sésamo), etc.

El queso nacional de Chipre se llama haloumi y se elabora con leche de cabra. Es un queso muy versátil en cuanto resulta ideal para ensalada, parrilladas, o fresco. Sin embargo el caviar de berenjenas, tan característico del mediterráneo, no se acompaña con haloumi sino con queso griego feta.

Otro bocado particular de la isla son los koupepia, también conocidos como dolmadès, que son hojas de vid rellenas con arroz y carne.

Imagen thinkstock

Una comida tradicional comienza con el mezze, y sigue con el plato principal: sopa de lentejas, tsatsiki, ensalada de queso y pepino, berenjenas guisadas con tomate y ajo, lentejas con arroz y cebollas (moukentra), pastitsio (la versión local de los macarrones a la boloñesa) o la spanakopitta (una empanada de espinacas con queso feta y huevos que hay que probar). Entre los platos de carne, se puede optar por el stifado (buey con cebollas y aceitunas negras y verdes, regado con un vino tinto ligeramente ácido y refrescante), o el ofto (carne asada o a la parrilla, generalmente de cordero con hierbas aromáticas y acompañado de patatas).

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Entre los postres, los principales son el bourekia (un buñuelo de queso de cabra fresco, aromatizado con canela y azahar), el galatopoureko (un pastel de masa filo, relleno de crema) o katäif (un dulce de almendra y miel, con forma cilíndrica y baño de almíbar) y el risogalo (que no es otra cosa que el arroz con leche local).

Y si viajan a Chipre, no olviden el loukoums, unos dulces de azúcar y fécula de maíz cocidos en recipientes de cobre, con un aroma natural ya sea de nuez, limón, mandarina, mango, cereza, naranja o vainilla y chocolate. Unos dulces que según dicen, no se pueden dejar de probar si uno visita la isla europea.

Que tengan buen viaje (porque seguro les dieron ganas de viajar).

Via | quereceta

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