Una de las preguntas que se vienen haciendo hace mucho tiempo los hombres de ciencia –y otras personas comunes como los escritores– es si pueden existir máquinas inteligentes. Alan Turing, fundador de la era tecnológica, consideraba que para saber si un dispositivo poseía inteligencia había que confirmar que este podía comunicarse como lo hacemos los seres humanos. Para ello propuso lo que se ha dado en llamar el test de Turing. Veamos en qué consiste el test de Turing y cuáles han sido los resultados obtenidos desde su creación.
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Test de Turing
El test de Turing fue presentado por su creador en 1950. Supuestamente, se trata de una prueba para medir la inteligencia, y su punto de partida es que si un dispositivo se comporta sistémicamente con inteligencia, entonces es una entidad inteligente.
Para llevar a cabo esta prueba, se coloca un juez en una habitación y, en otra contigua, una máquina y una persona. El primero debe juzgar, mediante el lenguaje, cuál es el dispositivo y cuál el ser humano.
Comenzará entonces a hacerles preguntas hasta descubrir las verdaderas identidades. Ambos, máquina y persona, pueden dar respuestas falsas a cada interrogante. La tesis central es que, si la máquina es hábil al responder, podrá confundir al juez.

Resultados de la prueba de Turing
A lo largo del tiempo se han realizado diversos test de Turing para medir inteligencia artificial. Los resultados no habían sido exitosos, esto es, ningún dispositivo había pasado favorablemente dicha prueba hasta la actualidad.
En 1990, se dio inicio a un concurso anual llamado Premio Loebner, cuyo objetivo es el mismo que el del Test de Turing. Hay un juez que tiene frente a sí dos computadoras, una dirigida por un ser humano y otra automática. Se establece un diálogo con cada una, mediante preguntas y respuestas, para discernir cuál es cuál. Si la computadora automática logra confundir al juez, el programa gana una gran cantidad de dinero. El concurso no ha tenido aún un ganador.
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Éxitos en el Test de Turing
A pesar de que hasta ahora no se habían tenido éxitos en el test de Turing, he aquí que de pronto algo ha logrado pasar dicha prueba. Ocurrió en Londres, hace poco tiempo, como homenaje a los 60 años de la muerte de Alan Turing. Se trata de un chatbot, es decir, un robot para tener charlas por la web, de nombre Eugene Goostman, que simula ser un adolescente ucraniano. Al parecer, ha logrado convencer a más de 30 personas de que es un ser humano.
Sin embargo, los científicos se cuestionan qué mide el Test de Turing, pues la inteligencia a través del lenguaje tiene que apelar a distintos contextos para cada estructura, lo cual es muy complejo, pero si una máquina accede a grandes cantidades de información, es posible que pueda dar respuestas sensatas a las preguntas sin ser inteligente, solo por trucos y artimañas.
Un cuestionamiento central sigue en pie: ¿ mide el Test de Turing realmente inteligencia? Tendremos que esperar a ver el curso que siguen las investigaciones en los años venideros. Quizás después de todo no sea tan descabellado imaginar un futuro donde haya robots que sueñen con ovejas.