El estrés es uno de los males más extendidos de la actualidad ─por ejemplo, el 75 % de los adultos en Estados Unidos afirmó sufrir estrés, de acuerdo a la encuesta Stress in America─. En muchas ocasiones, el problema más grave es cómo lo subestimamos. Para evitar que eso suceda, es importante conocer cómo nos afecta físicamente.
¿Cómo nos afecta el estrés físicamente? La ciencia responde

1. Problemas en el sistema digestivo
Como el cerebro y el tracto digestivo están estrechamente conectados, el estrés puede causar muchos efectos negativos en este último. Entre ellos, está el síndrome del colon irritable, una de las consecuencias digestivas del estrés más extendidas, aunque no la única, pues también están las inflamaciones en el estómago, las úlceras y el reflujo, sobre todo cuando el estrés es crónico.
2. La vida de nuestras células
Todas las células tienen cromosomas. Los cromosomas, a su vez, tienen telómeros y estos, con el estrés crónico, se acortan. Cuando el telómero se termina, la célula muere. En ese sentido, el estrés nos afecta a nivel celular, acelerando nuestro envejecimiento o haciendo más notorias sus señales.

3. Vulnerabilidad del sistema inmune
Cuando una persona sufre de estrés crónico, la hormona cortisol se comporta de una forma extraña, elevando su presencia en el cuerpo. A causa de ello, el sistema inmune comienza a ignorarla. Cuando ese sistema, que es el que defiende a nuestro cuerpo de la amenaza externa, comienza a fallar, el cuerpo se vuelve más vulnerable.
Por un lado, aumenta el peligro de los resfriados. Por el otro, las heridas comunes pueden tardar más en sanar. Y, mientras más tardan en sanar nuestras heridas, más estamos expuestos a las amenazas del ambiente. Además, las vacunas son menos efectivas.
4. Promoción de enfermedades cardíacas
La ciencia sabe que el estrés puede causar problemas cardíacos, aunque no se sabe bien cuáles son los factores determinantes. Por un lado, se ha relacionado a la presión arterial alta, además de que también afecta de forma indirecta: las personas con estrés suelen fumar más o comer menos saludablemente que las personas sin estrés.
Entre sus diferentes consecuencias, el estrés puede causar también el casi desconocido síndrome del corazón roto. Incluso, una mujer fue diagnosticada con ese síndrome después de la muerte de su mascota.

5. Trastornos mentales
Los traumas en la infancia pueden hacer que, en el futuro, desarrollemos enfermedades mentales. Incluso, el profesor Alan Brown, de la Universidad de Columbia, encontró que determinados eventos de la vida temprana aumenta el riesgo de sufrir esquizofrenia en la vida adulta.
Pero, retomando el tema de los cambios físicos, el estrés puede causar cambios en la amígdala, sobre todo en una etapa temprana de nuestras vidas. Esos cambios, además, han sido a menudo relacionados a la ansiedad y la depresión.
6. Cambios en el metabolismo
Los niveles elevados de cortisol pueden hacer que la respuesta cerebral al estrés aumente y genere cambios en el metabolismo. En ese sentido, los trastornos alimenticios o los trastornos del sueño pueden aparecer, en relación a los cambios en el ritmo circadiano, también llamado reloj interno.
Por otra parte, el estrés y sus cambios en los niveles de cortisol pueden causar daño en el hipocampo y potenciar problemas de memoria o de concentración e incluso alzheimer.

7. Problemas para dormir
El estrés puede causar cambios en nuestro metabolismo y afectar también a nuestros ritmos circadianos. En ese sentido, los problemas para dormir pueden comenzar a aparecer, sobre todo cuando debemos seguir una rutina que nos exige levantarnos temprano.
Por otra parte, el estrés también puede causar otros desórdenes del sueño, como las pesadillas. En este sentido, los cambios en el metabolismo hacen que el cerebro se encuentre más activo en la noche y que las pesadillas se vuelvan más frecuentes.
Recuerda que ante los síntomas de estrés, ansiedad o depresión, la mejor decisión es consultar a un médico especialista: el estrés no debe ser subestimado.
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