Si cuando escuchas o lees sobre oasis piensas en una pequeña lagunilla rodeada de palmeras estás muy equivocado, en los Emiratos Árabes Unidos hay una ciudad de más de 100 mil habitantes construida sobre y como un oasis en el medio del desierto: Al Ayn.
¿Cómo llegar? Lo primero es ubicar a los pequeños Emiratos Árabes Unidos (EAU) en el mapa, una pequeña península sobre el Golfo Pérsico, en frontera con Arabia Saudita y Omán. Una vez ubicada, sabremos que lo más común es llegar a esta nación por avión hasta Dubai o Abu Dhabi, las dos principales ciudades, modernas impactantes ambas. Luego habrá que recorrer 160 kilómetros desde Abu Dhabi y llegaremos a Al Ayn, nuestro destino.
Para aquellos que no saben nada sobre este país (menos sabrán sobre esta ciudad) vale la pena aclarar dos cosas muy importantes. Primero que nada los EAU son una nación musulmana, con todo lo que conlleva esta religión y su respectiva cultura. Y segundo, este país vive en la prosperidad y la paz total a diferencia de algunos de sus vecinos, y se ha instaurado como un centro económico con fuertes conexiones con occidente.
Volviendo a Al Ayn, todo esta listo para los turistas, que si bien no son demasiados en la ciudad, se sentirán muy cómodos. El hospedaje depende 100% de los hoteles y sus costos son muy variados, pero variados en este caso lamentablemente no incluye a la palabra barato.
Para andar por esta extraña ciudad, mezcla del misticismo de las caravanas árabes del desierto con la modernidad que proviene del petróleo, el medio de comunicación por excelencia es el taxi. Hay uno siempre disponible, sus conductores son eficaces, conocen bien la ciudad y son de total confianza.

Los dos lugares que no nos podemos perder en este oasis son el paseo a las afueras de la ciudad, hasta la montaña Jebel Hafit, la única de la zona (lo cual la hace más espectacular aún) de más de 1200 metros de altura. Y el otro paseo indispensable es, aunque parezca extraño, al zoológico de la ciudad, el más grande de la región y uno de los más grandes del mundo, un lugar sorprendente donde podemos ver especies típicas y únicas.
En lo que respecta al clima, como oasis en el desierto es muy seco y cálido, y se torna casi insoportable en el verano. Hay que llevarse ropa que nos aísle del calor, un buen protector solar para evitar la insolación y llevar siempre con nosotros en los paseos, una buena carga de agua fresca.
Para comer, no se pierdan todo lo que es la comida tradicional y si pueden almuercen en el restaurante de comida china e hindú “ Kalonji”. Aquí hay un sector solo para hombres y uno para familias, así que estén atentos y no se equivoquen. En lo que respecta al idioma, el ingles está sumamente institucionalizado, así que si tienen manejo básico del mismo no tendrán mayores problemas.
Y ya saben, disfrutar Al Ayn es fácil, algo caro, pero muy exótico e impresionante.
¿Más información? www.virtualtourist.com (en inglés)