El sheriff “más duro del Oeste” no se rinde ni se arrepiente

Con un estilo directo y sin pretextos, Joe Arpaio, el aguacil del condado más grande de Arizona, se ha convertido en uno de los oficiales electos más conocidos de Estados Unidos, pero también uno de los más polémicos y temidos por la comunidad inmigrante.

Su solo nombre genera todo tipo de reacciones a favor y en contra. El sheriff lo sabe y le gusta que hablen de él.

“Consigo mucha atención de los medios. Es como una relación de amor y odio conmigo”, dice Arpaio sonriente en su oficina, donde abundan revistas con sus fotos en primera plana con titulares que resaltan “ El sheriff más duro del Oeste”.

Entre todos los reconocimientos y las fotos que hay en las paredes, resalta una imagen en la que él aparece muy sonriente con el presidente Obama. “Eso fue antes de que lo investigara”, señala el alguacil sin complejos.

Arpaio averiguó la autenticidad del certificado de nacimiento de Obama, y hasta investigó a la esposa del juez federal Mur ray Snow, quien lleva su proceso judicial por desacato en un caso de perfil racial en contra de conductores hispanos. No quiso responder sobre esas acusaciones.

“No me importa quiénes son, ni de dónde vengan, yo voy a aplicar la ley. Tenemos dos leyes estatales sobre la inmigración ilegal que fueron aprobadas y yo las imparto’, dice el alguacil conocido por su mano dura contra los indocumentados.

Dos años antes de que fuese aprobada la polémica ley SB1070 también conocida como “ muéstrame tus papeles”, ya había quejas contra el alguacil y su departamento. Manuel Nieto , Jr., un ciudadano estadounidense, fue detenido sin motivos frente a la tienda su familia por escuchar música en español .

“No es un crimen ser latino o escuchar una emisora de radio en español, pero no sabrías eso por la manera como Sheriff Joe y sus alguaciles tratan a la gente", dijo en ese entonces Nieto a ACLU.

Los padres de Arpaio eran inmigrantes italianos. El alguacil interrumpe para enfatizar que vinieron a Estados Unidos legalmente. Pese a su reputación, él asegura que no es racista.

“Viví en Turquía, en México, en Francia, no voy a hablar detalles de mi familia, pero soy lo más lejos que hay de racista. Amo a la gente alrededor del mundo. Eso es pura basura cuando me llaman racista, pero está bien. Yo se quien soy y no tengo que justificarme”.

Su guerra contra los indocumentados y el narcotráfico

Con más de 55 años trabajando en agencias del orden, Arpaio se ha fijado dos enemigos a lo largo de su carrera: los carteles de la droga y los inmigrantes que residen en Arizona sin documentos.

Aunque respalda la candidatura a presidente de Donald Trump, cree que un muro con México no es la solución completa al problema de la seguridad fronteriza, pero él asegura saber la fórmula perfecta.

“La manera de parar este problema era lo que yo estaba haciendo en Turquía. Yo no estaba tratando de ayudar a los turcos, estaba tratando de parar que las drogas llegaran a nuestro país”, explica el ex agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA) . “Tienes que parar las drogas en esos países primero, luego tienes que poner seguridad en el frontera, y entonces tienes que capturar a las personas, independientemente si están aquí ilegalmente o si son vendedores de drogas de aquí. Tienes que atacar tres frentes”.

El otro dolor de cabeza del alguacil son los indocumentados, y culpa sin tapujos al gobierno federal.

“¿Cómo vamos a resolver el problema cuando tienes a estos inmigrantes ilegales cometiendo todos estos crímenes y no son deportados? O si son deportados, vuelven a regresar una y otra vez”, dice Arpaio con tono de frustración. “Tenemos 8,000 en la cárcel por diferentes crímenes, no por ser ilegales, aunque lo son. ICE se los lleva, deberían ser deportados, pero esos mismos 8,000 regresan a mi cárcel… es porque los ponen de regreso a las calles”.

El alguacil arremete contra el gobierno mexicano aunque asegura que la única manera de resolver el problema de las drogas y el narcotráfico en la frontera es trabajando muy de cerca con ellos.

“Estoy muy molesto con el gobierno mexicano. Estoy tratando de ir a México pero me dicen que es muy peligroso. No he logrado reunirme con el presidente ni con oficiales de alto rango”, dice Arpaio. “Desafortunadamente a veces tenemos un problema con México por la corrupción y porque a veces las cosas no se hacen de una manera profesional”.

Según la Oficina del Sheriff del Condado Maricopa, actualmente tienen en sus cárceles a 490 reclusos indocumentados con órdenes de detención de ICE para este año.

En este momento hay cinco propuestas de ley que son catalogadas como antiinmigrantes por activistas locales: una de ellas es la SB 1377 que establecería sentencias más severas a los convictos indocumentados, y la HB 2451 la cual permitiría que el Departamento de Correcciones de Arizona libere a una persona encarcelada con orden de deportación para entregarla al Servicio de Inmigración y Aduanas después de que haya cumplido al menos el 50 % de su condena.

“Cualquier ley que no tenemos, y que podemos tener para hacérselo más difícil (a los indocumentados), yo la apoyo porque en este momento no estamos ganando la batalla”, expresa Arpaio.

Apoyo a Donald Trump

Según el alguacil, el precandidato republicano Donald Trump se ganó su confianza y respeto desde su primera visita a Phoenix el año pasado.

“Tengo que agradecerle a Donald Trump porque no importa lo que pase, él fue quien mencionó la inmigración ilegal, y todos pensaron que nadie iba a hablar de eso más, y mira todos están hablando de eso”.

A Arpaio le molestan los ataques contra el magnate.

“Todo el mundo lo está acusando de odiar a las mujeres. Él llamó a mi esposa cuando estaba enferma y no tenía que hacerlo. Eso es pura basura política y todos lo están atacando por cualquier palabra que dice”.

En un evento público de Donald Trump en Phoenix tres días antes de las primarias, los seguidores llevaban carteles que decían “Arpaio para vicepresidente”, pero el alguacil no tiene ningún interés en Washington.

“Le tengo muchísimo respeto a Trump… (pero) yo no le reporto a ningún presidente, o gobernador. Yo trabajo para los cuatro millones de residentes de mi condado. No le reporto a nadie excepto a la gente y mientras ellos me quieran, me quedo”, indica el sheriff, quien ha sido reelecto una y otra vez desde 1993 cuando asumió el cargo.

Él cree que ya es hora que los detractores de Trump dentro del partido republicano acepten la voluntad de la electores.

“Me preocupa un poco. La sola misión es detenerlo… nunca había visto eso de detener que alguien sea elegido. Él tiene mucho apoyo de los votantes y no deben olvidar eso”.

Y ¿qué piensa Arpaio de la posibilidad de que un demócrata regrese a la Casa Blanca?

“Sobreviví Obama por ocho años y aún estoy aquí. Él se va, yo no voy. Si pude sobrevivir después de haberlo investigado y denunciado”, indica el sheriff.

Hay Arpaio para rato

A sus 83 años, el alguacil “más duro del Oeste” no se arrepiente de nada, y buscará una séptima reelección a pesar del cáncer de su esposa y del proceso judicial que enfrenta. El veredicto podría darse a conocer en cualquier momento.

“Soy un luchador. Mientras más van detrás de mí, no me rindo. No me van a sacar de mi oficina. Voy a sobrevivir. Todavía tengo asuntos pendientes que terminar”, concluye Arpaio.

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