Muchos fans se atreven a declarar que el escocés Grant Morrison es el escritor más grande de la historia, incluso por sobre Neil Gaiman, Alan Moore o Frank Miller. Su estilo metafísico, conceptual, político y a veces caótico son sus más grandes armas a la hora de contar historias que vuelven locos a sus fanáticos y confunden a sus detractores. Toma los riesgos más grandes que puede, y además mezcla su fanatismo y amor por los personajes con las más originales situaciones y conflictos, lo cual entrega historias que calan hondo en el más escéptico de los lectores.

Muchos héroes han tomado el legado de otros en el Universo DC. En varios casos, la muerte o el retiro que ha llevado a la sucesión del manto ha generado la ira profunda de muchos fans. En otros, el reemplazo ha tenido tanto éxito que los nuevos héroes terminan siendo íconos de una generación de lectores que se niega a dejar ir a sus personajes favoritos.

Siempre es Batman quien recibe todo el cariño del público, pero esta vez algo está por cambiar. Y es que Robin merece también parte del crédito, y así lo saben sus seguidores.

DC Comics ya ha tenido en su historia varios ejemplos de plagio (a favor y en contra) con sus archienemigos de Marvel, pero también ha tenido algunas demandas ridículas en contra de cosas curiosas.

No, no hablamos del típico chiste sobre que "el superpoder de Batman es el dinero". Se trata de una nueva versión de Batman, salida de la creatividad de Geoff Johns y Jason Fabok, en Justice League #38. Ahora, el Caballero de la Noche finalmente obtiene poderes sobrehumanos, aunque tal vez no sea de la forma que muchos esperarían...

Érase una época en la que el Pulp (libros de novelas ligeras de bolsillo), se constituía en la fuente de historias que hacían volar la imaginación de los niños, pero en sus inicios apareció un personaje muy curioso que pudo ser la inspiración de nuestro querido Chico Maravilla, tal vez sea una coincidencia la cual será muy interesante de mencionar.