Hay series... y hay series que tienes que mirar sí o sí. Dentro de esta última categoría se puede incluir un abanico de enormes proporciones repleto de programas de televisión de todos los géneros y duración posibles.

Los capítulos musicales son especiales realizados para series que, usualmente, no se manejan por esa temática (ya sea a causa de su guión o bien por su género). Hoy día es una especie de tendencia popular, que casi toda serie o sitcom tenga un especial musical; sin embargo no es algo particularmente nuevo, ya que se había intentado en un episodio de la clásica sitcom I love Lucy (1951 - 1957).

Series de investigaciones policiales han existido muchas, la premisa básica siempre es la misma: se comete un crimen y los investigadores o detectives tienen que resolverlo. Con el paso del tiempo, los espectadores han empezado a exigir más de una historia, los personajes se han vuelto más complejos y el estereotipo del detective privado con problemas de alcohol y personalidad huraña o solitaria no ha trascendido demasiado después de iconos cinematográficos como Sam Spade (The Maltese Falcon, 1941) o Jake Gittes (Chinatown, 1974).

Luego de algunos años las ideas comienzan a gastarse, y no todo el mundo es creativo constantemente. A veces las cadenas de televisión se cansan y deciden traer proyectos que ya vimos millones de veces, pero que siguen siendo exitosos. Es así que muchas veces vemos programas tan parecidos entre sí, que resultan algo sospechosos.

Pasaron 10 años ya desde el final de Lost, la primera serie en experimentar una repercusión masiva e inmediata a través de internet, pero en este tiempo casi ninguna otra serie ha sido capaz de igualarla en lo que respecta al fenómeno desatado tras su final (tal vez Dexter y Breaking Bad).

En tiempos en los que la experiencia de seguir una serie se divide en partes iguales en mirar la serie en sí y en dedicar después un buen tiempo a leer, discutir, comentarla en Internet y, ocasionalmente, rever algunos capítulos, muchos de los creadores y guionistas han ido implementando diversas formas de premiar la obsesión y el fanatismo de muchos.