Carlos Roberto Mejía López tenía 16 años cuando salió de Río Chiquito en busca de una vida mejor. Su madre, Doris López, no sabía nada de él desde un año después de su partida. Ahora se volvieron a ver.
Un grupo de inmigrantes deportados y retornados, acostumbrados a celebrar esta fecha, se aliaron para organizar una cena en ausencia de sus familiares, todavía en Estados Unidos.