Los jarabes de hierbas tienen la ventaja de ser más concentrados que las infusiones o cocimientos, por lo que basta tomarlo en pequeñas cantidades. Además, se conservan durante mucho tiempo y presentan un sabor agradable. Por otra parte, llevan el agregado de azúcar, que es un excelente antiséptico.

La tos es uno de los malestares más comunes de ciertas afecciones respiratorias. Es un mecanismo de defensa del organismo, generado para expulsar determinadas toxinas de nuestros pulmones.

Los jarabes para la tos ejercen su efecto calmante debido a que tienen la propiedad de ablandar las mucosas en los bronquios. Existen muchísimos jarabes que nuestro médico nos puede recetar, pero la gran mayoría de ellos tienen efectos adversos y contraindicaciones ya que están elaborados en base a productos químicos. Hoy traemos algunos jarabes para la tos naturales que se preparan con ingredientes conocidos y fáciles de conseguir.

La amapola es una planta anual que puede alcanzar 50 centímetros de altura. Tiene tallos erectos y poco ramificados con flores de un color rojo intenso con forma de campana. Los pétalos son muy delicados y se marchitan rápidamente por lo que a pesar de ser unas hermosas flores no pueden ser usadas como adornos florales.

El sirope de arce en realidad es un jarabe que se extrae de los árboles que se encuentran en los bosques de arce en Canadá, así como también en la parte norte de los Estados Unidos. Los indígenas nativos ya conocían la forma de extraer dicho jarabe, debido a la importancia y valor vitamínico que fue descubierto por científicos especialistas en la composición de dicho jarabe.

El capulín (Prunus virginianus) es una especie silvestre del género de los cerezos. Es natural de Norteamérica meridional y México. Su fruto es comestible y tiene un color entre púrpura y negro. Es muy apreciado como complemento alimenticio, gracias a su agradable sabor. Se come crudo, en conserva (jalea o mermelada) y en bebidas frescas.