La medicina regenerativa cuenta con un problema de raíz muy difícil de solucionar: la imitación del original. Regenerar órganos o tejidos es una tarea sumamente compleja, que obviamente siempre dista de los tipos originales que se intentan reconstruir. No obstante, como suele ocurrir con estas ramas de la ciencia siempre trabajando en la vanguardia, lo que antes se creía ciencia ficción se torna realidad.

En lo que concierne a tecnología aplicada al transporte, en Asia son líderes y saben. De hecho, mucha de la tecnología aplicada en mejorar los medios de transporte proviene de las naciones asiáticas, y afortunadamente la inversión en energías no-contaminantes va, en este continente, en ascenso. Es el caso, por ejemplo, de los trenes eléctricos, en el que China hoy da el ejemplo.

Los aviones son una de las más importantes amenazas para la dinámica del proceso de efecto invernadero, ya que sus emisiones de CO2 están entre las más masivas de todo el planeta. Por ello, los aviones que funcionan a energía solar constituyen un obligatorio camino a seguir por parte de la industria, y poco a poco se van dando pasos importantes al respecto.

El Ares I-X ranquea primero en la lista.

Uno de los achaques más comunes al tema de las energías renovables es su costo. Los costes de fabricación e instalación de la infraestructura necesaria para aprovechar estas fuentes energéticas son altos, y tampoco dista de serlo su mantenimiento. Sin embargo, desde la Universidad de Arizona nos traen buenas noticias al respecto.

La lógica de los agujeros negros del cosmos es más o menos conocida, y los mismos funcionan absorbiendo el espacio-tiempo que los rodea a través de su fuerza gravitatoria. Las propiedades de los mismos han sido bien estudiadas, y ello inspiró a Evgenii Narimanov y a Alexander Kildishev de la Universidad Purdue de West Lafayette, Indiana, para especular con la posibilidad de diseñar un agujero negro.