Hay un extraño calamar cuya piel recuerda a la forma de una fresa, pero ese no es su rasgo más distintivo: sus ojos fueron un misterio científico durante años.
Un proyecto científico planea preservar diferentes especies terrestres enviando millones de espermatozoides a la Luna: te contamos cómo lo harán posible.
El demonio de Tasmania es una especie en peligro de extinción y, aunque quedan pocos en Australia, una organización logró que nacieran 7 nuevos ejemplares.
Dentro de la diversidad biológica, es un hecho que existen reptiles, anfibios, y peces capaces de reproducirse sin la necesidad de que exista copulación entre macho y hembra.
Internet está lleno de videos virales de pulpos golpeando a peces sin razón aparente. Aunque nos hacen reír, en realidad hay varias razones por las que tienen este extraño comportamiento.
Los reptiles son conocidos como una de las especies en el reino animal; sin embargo, ahora ya no existen. No desaparecieron, pero te explicamos por qué te equivocas si les sigues llamando de esa manera.
Un tiburón del Polo Norte se convirtió en el depredador más temido del océano después de que investigadores descubrieran que se alimenta de osos polares.
Una extraña ballena con un canto único nada solitaria en el Océano Pacífico desde hace décadas y los científicos no han podido resolver el misterio de su existencia.
Existe un rasgo facial que no tienen todas las personas y que no es hereditario, pero es una señal de mutación anatómica que te podría convertir en un miembro de la Academia del Profesor Xavier.
Las tarántulas pueden tener distintos colores y hasta ahora era un misterio por qué presentaban características diferentes, pues no estaban relacionadas al veneno, pero un grupo de científicos descubrió las razones.
Tiburón es una de las películas más aclamadas de la historia, pero está llena de imprecisiones científicas que retratan de manera negativa a los animales.
El mundo de la ciencia puede ser complicado y hay algunas teorías que lo prueban pues no solo han sido malinterpretadas, sino su explicación errónea se ha replicado por décadas.
Los tiburones blancos son algunos de los depredadores más temibles del océanos; sin embargo, le temen a otro animal que los puede ahuyentar hasta por un año de su territorio.