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Conoce al extraño calamar fresa: sus ojos desconcertaron a los científicos por años

Publicado 6 Jul 2021 – 06:25 PM EDT | Actualizado 6 Jul 2021 – 06:25 PM EDT
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Hay un extraño calamar cuya piel recuerda a la forma de una fresa, pero ese no es su rasgo más distintivo: sus ojos fueron un misterio científico durante años.

Al igual que otras especies animales, los calamares están divididos en varias familias que tienen características propias para distinguirse del resto.

Una de ellas es Histioteuthis heteropsis, una especie de molusco que también es llamado calamar fresa o bizco.

El primer sobrenombre se debe a que la textura de la piel del calamar recuerda a la de las frutas, ya que es especialmente brillante por tener fotóforos, órganos luminiscentes para identificarse en el mar.

Sin embargo, ese no es el rasgo distintivo de los calamares Histioteuthis, sino la asimetría de sus ojos: el derecho es significativamente más grande que el izquierdo y es por eso que son llamados bizcos.

Durante años, los científicos no encontraron una explicación biológica para la aparente deformidad de los calamares, pues, además, sus ojos parecían influir en su forma de nadar.

Los calamares bizcos nadan de manera vertical con la cabeza hacia abajo, una forma inusual de transportarse para los animales marinos.

Los calamares deberían de ser fáciles de identificar por su forma de nadar, su bioluminiscencia y porque habitan en una zona del océano llamada mesopelágica, que abarca desde los 200 hasta los 10,000 metros de profundidad, siendo la zona más alta después de la superficie.

No obstante, los avistamientos de calamares bizcos son raros y, aparentemente, les gusta pasar más tiempo en las zonas más profundas de su hábitat.

Una investigación de 2017 por fin reveló el misterio de la mutación en los ojos del calamar. Los científicos del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (MBARI) determinaron que cada ojo tiene un propósito y no se trata de una deformidad.

Después de analizar más de 150 videos de calamares, los investigadores concluyeron que el ojo grande lo utilizan para mirar hacia arriba en busca de luces que llegan de la superficie, mientras que el pequeño lo usan para identificar animales bioluminiscentes en el océano.

Según el estudio, la construcción ocular de las especies animales es distinta para identificar bioluminiscencia y luz natural. En el caso del calamar bizco, sus ojos le permiten observar ambas cosas al mismo tiempo.

La capacidad de sus ojos está relacionada a la forma en la que se mueven, pues se orientan de manera vertical para buscar alimento en cualquier dirección dentro del océano.

Con el ojo grande pueden buscar presas iluminadas por la luz natural restante de la superficie, mientras que con el pequeño solo se enfocan a encontrar animales con órganos brillantes.

«El ojo que mira hacia abajo solo puede buscar bioluminiscencia. No hay forma de que pueda captar las formas de los animales en contraste con la luz ambiente de la superficie. Y como busca bioluminiscencia, no necesita ser particularmente grande, cosa que sí pasa con el de arriba», explicó Sönke Johnsen uno de los autores de la investigación.

A pesar de tener una forma peculiar, los ojos de los calamares bizcos son el resultado de la adaptación a su entorno y los convierten en animales únicos del océano.

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