Llorando a mares, una afligida madre maldice el momento en el que decidió llevar a su pequeño hijo a casa de su hermana para que lo cuidara y donde, está convencida, fue torturado en sus últimos minutos de vida.
"Se retorcía con los ojos en blanco": Un niño de 11 años muere al comerse una gomita con un alucinógeno en casa de su tía
La afligida madre acusó directamente a su hermana de no ayudar a su pequeño y solo preocuparse por taparle la boca para que sus vecinos no escucharan, cuando el pequeño le pedía ayuda mientras se retorcía de dolor.

La colombiana Yuli Gordillo dice que todavía no puede creer que su hijo haya muerto y que todavía espera que la llame para pasar a recogerlo.
Tan solo imaginar que David Santiago, de tan solo 11 años, murió en medio de un terrible dolor que le provocaban las alucinaciones generadas tras probar una gomita de dulce con droga, a Gordillo se le quiebra la voz.
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“Esa gomita provocó que se volviera loco y comenzara a hacer daño a quien estaba con él e incluso a él mismo”, cuenta Jolman Bedoya, padre del niño fallecido.
Aquel día que se quedó bajo cuidado de su tía, María Elena Gordillo, David Santiago y su hermana mayor, de 15 años, Paula Karina Bedoya, encontraron en una mesa de su casa una bolsa llena de gomas, de donde ambos tomaron una y la ingirieron.
Si bien Paula comenzó a sentir cómo perdía el control de su cuerpo al ver cómo su mano se hundía y se llenaba de puntos, el efecto de la droga fue fatal para el niño, quien prontó comenzó a retorcerse.
“Volteaba su cara, sacaba la lengua y ponía los ojos en blanco”, recuerda Paula Karina, quien además asegura que su hermanito le pedía a gritos ayuda a su tía, una vendedora callejera de dulces, quien solo se preocupó por taparle la boca para que los vecinos no escucharan nada.
Luego de enterarse que había perdido para siempre a su hijo menor, Yuli no perdió el tiempo en acusar directamente a su hermana, al afirmar que lo metió bajo una ducha de agua fría mientras le tapaba la boca.
“Estoy segura que mi hijo murió torturado (…) y por eso yo ya no tengo hermana, está muerta para mí”, dice la mamá intentando sin éxito controlar su llanto.
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María Elena Gordillo le dijo a Primer Impacto, vía telefónica, que las acusaciones de su hermana son falsas y que las gomas que estaban en su casa habían sido un regalo que alguien le dio a su hija.
Mientras tanto, a pesar que el cadáver del pequeño ya fue sometido a una autopsia, las autoridades se muestran muy herméticas respecto al caso, sobre todo porque están involucrados dos menores de edad.
“Me quedo con los buenos momentos que compartí con él, las risas que me provocaba y el tiempo que compartíamos jugando”, dice Jolman Bedoya, viendo fijamente una foto de su pequeño.
