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"Me duele verla así": la desesperación de una madre al ver a su bebé arrastrarse por una enfermedad que le torció los pies
Cuando Sarita nació, Yary se dio cuenta que su hija tenía los pies chuecos. Si bien le dijeron que con un yeso bastaría para solucionar el problema, el tiempo ha pasado sin que haya una solución concreta para que la bebé pueda caminar, mientras la niña tiene que apoyarse con sus bracitos para poder arrastrarse. La madre anhela que su pequeña reciba ayuda en Estados Unidos y un día verla correr como cualquier otra niña.

Todos los días, Yary Rodríguez se levanta y de inmediato besa a su pequeña Sarita antes de darle un baño. Luego, mientras la va vistiendo ya sabe que será otro día largo y de mucho pesar debido a la
enfermedad
que sufre su hija de tan solo 15 meses.

“Desde que nació me he acercado más a Dios”, cuenta Yary, sobre todo luego de descubrir que Sarita padece de pie equinovaro, una enfermedad que le impide poder siquiera gatear y mucho menos intentar caminar

“Cuando nació vimos que
tenía sus piernas dobladitas y me dijeron que con un yeso bastaba para arreglarlo. Pero pasando 3 meses de estar yendo al hospital vimos que los yesos no le corregían nada y que además una rodilla no la podía doblar”, recuerda con angustia Yary.

Esta situación provocó que Yary se tuviera que acostumbrar, con todo el dolor de su corazón, a ver a su hija
arrastrándose para poder moverse por todos lados, siempre apoyándose con sus pequeños bracitos.

Además, por si fuera poco, Yary también supo que su hija no tenía el hueso sacro en su columna.
“Me duele mucho verla así, arrastrándose por toda la casa”, dice la madre al bordo del llanto.

La historia de Sarita
cruzó la frontera desde su natal Tegucigalpa, Honduras y llevó hasta una compatriota suya que se dedica a limpiar casas en Estados Unidos.

“En un grupo de redes sociales pude ver la historia de Sarita y me impactó tanto que
decidí buscar la manera de ayudarla”. dice Bélgica.

Gracias a esa empatía, Bélgica se puso en contacto con Yary, la cual ha hecho un esfuerzo descomunal desde sus condiciones precarias para ir con diversos doctores en la capital hondureña,
sin que alguno de ellos le pueda dar una respuesta clara sobre si el padecimiento de Sarita puede revertirse.

Ahora, Yary y Bélgica están haciendo todo lo posible para que Sarita pueda viajar a Estados Unidos y ser atendida por los mejores especialistas y
que la esperanza de verla caminar se vuelva realidad.

Con ese único propósito en la mente,
Yary y Sarita han podido tramitar su pasaporte y esperan que Estados Unidos pueda autorizarles las visas correspondientes para que la niña pueda ser sometida a una revisión médica.
