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Bebés siameses logran ser separados tras una operación de 7 horas
A pesar de que durante todo el embarazo no surgió ningún inconveniente, esta joven pareja venezolana que huyó de la crisis de su país para establecerse en Perú, supo que sus bebés estaban pegados al momento del parto. Ahora esperan conseguir el dinero necesario para otros tratamientos que los niños necesitarán con el fin de que puedan caminar sin problemas.
La cirugía logró separarlos y mantenerlos sanos. Sin embargo, necesitan otras operaciones en los pies y terapias que les ayuden a desarrollarse con normalidad para que puedan caminar sin problemas cuando crezcan. Clic aquí para conocer cómo ayudarlos.

Una pareja venezolana que huyó de su país inmerso en una severa crisis social y económica, recibió la noticia de un nuevo embarazo con mucha felicidad,
mientras intentaban darle lo necesario a su hijo mayor.

Luis Lozada, músico de profesión, decidió
salir de Venezuela junto a su esposa Keily Zambrano para ser parte del millón de compatriotas que viven en Perú, tras ser invitado por un colega que le propuso componer desde el país andino.

Sin embargo, tras enterarse que el embarazo se trataba de gemelos,
Lozada puso en pausa su carrera para entrar a una fábrica que le diera un ingreso más estable con el que pudiera solventar los gastos necesarios.

A pesar de que los exámenes médicos no mostraron ningún problema, la cesárea mostró varias complicaciones y la doctora encargada del parto
se dio cuenta que los bebés estaban pegados.

Tras la noticia, los padres no pudieron ocultar su angustia, mientras los doctores veían los pasos quirúrgicos a seguir. Para fortuna de todos, los médicos pudieron determinar que no compartían ni columna ni órganos,
por lo que la separación era viable.

La tensión por la primera operación de este tipo en Arequipa fue tal que el neurocirujano encargado, Javier Espinoza,
tuvo que prepararse física y mentalmente para el reto. “Hice mucho ejercicio para no caer ante la ansiedad”, dice el médico.

Durante la operación de 7 horas, los padres angustiados esperaban que nada se complicara y que pudieran tener a sus dos niños con vida.
“Fue el día más difícil de mi vida”, precisó Zambrano.

A pesar de las preocupaciones, Espinoza rememoró que al tener éxito en la cirugía
“todo el equipo comprobó que los niños controlaban por si solos sus extremidades inferiores".

Por si fuera poca la angustia vivida hasta ahora, la pareja ahora tendrá que enfrentar tratamientos costosos
para que los niños no tengan dificultades para caminar en un futuro.
