Una bala perdida dejó a una adolescente sin poder caminar; pero ella lucha por seguir con sus sueños

Desde hace unos años, los padres de la joven la cargan todos los días para subir y bajar los escalones necesarios para entrar a su casa. Después la llevan en su silla de ruedas a la escuela, donde se ha convertido en un ejemplo para todos.

Por:Univision

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La vida de una adolescente venezolana de 16 años cambió para siempre en 2017, cuando una bala perdida impactó en su espalda y perdió la movilidad de sus piernas.

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Nikanelly Calzadilla jamás podrá olvidar aquel día. Caminaba de regreso a casa junto a sus padres y, de pronto, las detonaciones de un arma activada desde un automóvil que pasaba por la zona los hizo tirarse al suelo para protegerse.

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“Yo me lancé al piso y la cubrí pensando en protegerla; no sé por dónde entró esa bala”, rememora la afligida madre de la menor, Marisela Da Silva.

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Da Silva recibió un balazo en la cara y su esposo, Douglas Calzadilla, en el pie. Ambos pudieron recuperarse con el tiempo, pero los dos sufrieron por la angustia que pasó su hija, quien quedó con un pulmón destrozado e imposibilitada de caminar.

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Pero, a pesar de este contexto adverso, pronto la pareja descubrió en Nikanelly una fortaleza que nunca le habían visto y que le permitió no renunciar a sus sueños.

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Por eso, durante estos seis años de dolor, Calzadilla no ha dejado de cargar a su hija para poder ir y venir desde su casa, a la que se accede a través de diversos escalones.

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“Nosotros lo hacemos por ella, nos ponemos al pie del cañón por ella, aunque a veces yo no aguanto esto [se señala la espalda] y sin embargo yo no sé... lo voy a demostrar porque voy para adelante con mi niña”, dice orgulloso el padre.

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Ese esfuerzo descomunal es motivación suficiente para que la adolescente vaya en su silla de ruedas a la escuela, donde se ha convertido en un ejemplo a seguir para profesores y compañeros.

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Además de necesitar ayuda para sus actividades diarias, la joven también aspira a una cirugía que le devuelva paz a ella y a los suyos.

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“Le pido a Dios que ayude a Nikanelly y que me haga ese milagro de que la operen para que pueda volver a mover sus piernas”, implora Calzadilla.

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Mientras tanto, Nikanelly no deja de soñar con seguir estudiando para regresarle a sus padres todo lo que han hecho por ella.

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Si alguien quiere ayudar a esta familia para poder costear tan esperada cirugía pueden comunicarse al 011 58 412-977- 0496.