Los deportados llegan procedentes del sur de Texas, desde donde son enviados en un avión hasta Tabasco y de ahí recorren unas cinco horas en autobús hasta llegar al Ceibo, en la mitad de la selva guatemalteca. El único albergue que existe ya no tiene espacio para nuevos migrantes. Muchos de ellos son de Honduras y tienen que regresar caminando a casa por falta de dinero, pero la ciudad más cercana está a 112 millas.
Más noticias aquí.