Esta abogada y jueza fue una constante opositora de las políticas migratorias que impuso Trump e, incluso, puso en riesgo su carrera al exigirle al Gobierno que respetara la discrecionalidad de los jueces. Ahora, desde su nuevo puesto, tendrá la tarea de reorganizar los procesos para quienes aspiran a visas, residencias, ciudadanías y asilo en Estados Unidos.
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