Martha Flores y su hijo Josué llegaron a territorio estadounidense en una balsa luego de atravesar el Río Bravo. El niño no paraba de gritar porque le tiene pánico al agua. "Él tiene un soplo en el corazón (…) en EEUU están los mejores médicos y vengo a buscar ayuda", dijo la mujer. Luego de tranquilizar al menor y caminar cerca de una milla, finalmente llegaron hasta el lugar donde estaba Inmigración y guardan la esperanza de que pronto sean liberados.
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