Hace más de un año el municipio emitió la orden de cerrar los albergues, pero los inmigrantes siguen llegando y tienen que vivir en las calles. "En México, este es el lugar más difícil", asegura Yesenia Escobar, una indocumentada que tiene siete meses de embarazo y que duerme a la intemperie. Los afectados dicen sentir que hay una persecución en su contra y precisan que son presionados para que se vayan.
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