El gobierno de Donald Trump había firmado el acuerdo con estos tres países como parte de su política migratoria, pero la administración de Biden puso fin al convenio y ahora los inmigrantes que solicitan asilo en EEUU no pueden ser deportados. La decisión es apoyada por los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador, que aseguran que no había la capacidad para albergar y atender a estas personas. Pero se teme una masiva llegada de migrantes a las fronteras de Estados Unidos.
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